El Vaticano II, como
suceso, resulta responsable directo del resurgimiento y creciente aumento del
modernismo dentro de la Iglesia, porque reunió juntos a los neo-modernistas y les permitió obtener
posiciones claves dentro de las comisiones conciliares y minimizar lo más
posible el alcance de los documentos oficiales que pudieren impedir sus
propósitos.
Al reunirlos juntos,
el Concilio proporciono a ese movimiento el empuje y la organización que
llevaron a la situación actual en la que el Magisterio, y no los modernistas,
es el que está a la defensiva. Como San Pio X nos advirtió en la Pascendi, los modernistas son “los más perniciosos de todos los
adversarios de la iglesia” y propagan “las
doctrinas más ponzoñosas”, enseñadas por sus enemigos “por medios totalmente nuevos y llenos de engaños”, en una forma “la más temible y deplorable, hasta en su
mismo seno…”Su objetivo es sencillo: “destruir
la energía vital de la iglesia y, en lo posible, subvertir completamente el
mismo Reino de Cristo”.1
Las fuentes de
presión ejercidas sobre las Padres, que contribuyeron directa o indirectamente
a la preeminencia modernista dentro del Concilio: la prensa, el protestantismo
y el comunismo, tuvieron su parte en desatar sobre la Iglesia, con el llamado “espíritu del Vaticano II”, lo que San
Pio X designara como la doctrina principal del modernismo: la de la evolución. “A las leyes de la evolución
todo está sujeto bajo pena de muerte: el dogma, el culto de la Iglesia, los
Libros que reverenciamos como sagrados, hasta la fe misma”.2
Pero, la misma idea
de evolución significa que algo está evolucionando y que existe un punto hacia
el cual evoluciona. San Pio X revelo esto en una profetice declaración: “El
error del protestantismo dio el primer paso en este sendero; el modernismo dio
el segundo; el ateísmo es el próximo”.3
“El ateísmo es el
próximo”. ¿La Iglesia en camino hacia el ateísmo?
Precisamente esta es
la tesis de un libro de monseñor Rudolf
Graber, obispo de Ratisbona.4
Su libro constituye
uno de los rarísimos ejemplos en los que el gastado adjetivo “sensacional”
podría aplicarse con total exactitud. No ha causado sensación, y es improbable
que la cause, porque la prensa liberal está utilizando más efectivas para
ignorar cualquier obra que puede perjudicar la causa liberal. El
“Establishment” católico liberal no se cansa jamás de exigir la libre
circulación de ideas dentro de la iglesia, pero entiende, por cierto, solo
aquellas ideas que considera aceptable.
Es probable que aún
muchos católicos tradicionales se inclinen a desechar lo que monseñor Graver
escribió como demasiado increíble para tomarlo seriamente en consideración.
Estos católicos deberían primero reflexionar que lo que alega el Obispo Graber
ha sido enseñado también por los Papas y que rechazar el caso como inverosímil
es precisamente la reacción que esperan los enemigos de la Iglesia, a los
cuales el obispo quiere desenmascarar. Los católicos liberales ponen especial
celo en ridiculizar la sola idea de que puedan exigir grupos organizados de
malvados que trabajan para destruir la Iglesia de Cristo. Es menester aclarar
que la tarea de desacreditar la teoría de la conspiración se ve muy facilitada
por algunos de sus proponentes que la llevan a extremos ridículos y hacen afirmaciones
que no pueden fundamentar de ningún modo, a veces contra determinados
individuos.
No obstante, dada la
existencia de Satanás, seria inverosímil que tales grupos no existieran, y
nadie tiene más celo en ridiculizar la idea de la existencia de Satanás que un
católico progresista. La táctica más más coherente de los progresistas, y que
usan consecuentemente porque resulta exitosa, consiste en presentar a aquellos
que se le oponen como figuras más bien patéticas, hombres de mentalidad
cerrada, hombres que temen al cambio, hombres que viven en el pasado y no
pueden adaptarse a las ideas y adelantos modernos. Escribía San Pio X en la Pascendi:
“No es de maravillar que los modernistas embistan con
extremada malevolencia y rencor a los varones católicos que luchan
valerosamente por la Iglesia. No hay ningún género de malevolencia con que no
los hieran, pero su modo habitual es acusarlos de ignorancia y de terquedad” 5.
Alec Mellor,
un católico francés, apologista de la
masonería, escribe que los católicos que se oponen a la reconciliación
con la francmasonería
están “representados por los que se niegan a cambiar sus hábitos de
pensamiento y por la clase de intelectuales conocidos, correcta o erróneamente,
como integristas.
Estos últimos
resultan a veces, teólogos muy competentes. En lo profundo de su ser
experimentan sin duda una angustia que no los deja descansar. Cualquier idea
con un mínimo de novedad les sabe a herejía, sincretismo o irenismo. Los de la
jerarquía son traidores. El papa mismo no sale de sus críticas”6.
Se ha citado a San Pio X cuando aseveraba que las
ponzoñosas doctrinas que intentan destruir la iglesia se propagan en su propio
seno de manera solapada, y que todo eso forma parte de un proceso que
determinara el ateísmo. La tesis del Obispo Graber es que las sociedades
secretas, que desde hace siglos han estado complotando para destruir a la
Iglesia (como nos han advertido algunos de los más grandes Papas modernos),
hace mucho que han trocado la política del enfrentamiento abierto por la de la
infiltración, con la finalidad de destruir a la iglesia desde dentro, como
parte de un proceso evolutivo que desembocara en un estado mundial de
colectivismo político-religioso, que estará bajo su control. Ese Estado seria
en la práctica ateo, la religión que perdure seria poco más que una forma de
sincretismo panteísta. En el capítulo sobre el comunismo se demostró que los
marxistas no ocultan sus objetivos ni las tácticas que emplean para
alcanzarlos. Tampoco lo hacen las sociedades secretas.
Monseñor Graber
documenta la forma en que las sociedades secretas, principalmente los masones
(aunque se puede argumentar que los propios masones estuvieron y están
manejados por fuerzas mucho más siniestras), fueron las responsables de la
Revoluciona Francesa, la cual, más que ningún otro factor, lanzo los conceptos
y movimientos que, de triunfar, destruirán la base de nuestra civilización occidental.
El Obispo Graber no sostiene que la revolución Francesa estuviera planeada y
controlada directamente por los masones, muchos de los cuales permanecieron
fieles a la Corona. “La francmasonería no dirige revoluciones: les prepara el
camino y las continua” 7.
Es importante
destacar el hecho de que, particularmente en Gran Bretaña y Norteamérica, la
mayoría de los masones son gente común, obediente a la ley, y con frecuencia
religiosa, no más preocupados por la subversión de la sociedad que el católico
corriente. Esto es especialmente cierto entre los grados más bajos. León XIII
se esparzo en acentuar esto en pro de la justicia cuando escribió en Humanum
Genus:
Cuando hemos dicho no ha de entenderse de cada uno de
sus afiliados. Puede haberlos, en efecto, y no pocos, que si bien no dejan de
tener culpa por haberse comprometido con semejantes sociedades, con todo participan
por si mismos de sus crímenes e ignoran sus últimos intentos.8
Ninguna revolución
es espontanea. “Las precede una etapa subterránea”, en la cual se siembran las
semillas de la revuelta, sigue un periodo de “incubación” y luego viene la
“erupción”. 9 Monseñor
Graber demuestra que desde el Concilio las ideas principales de la revolución
se ha propagado abiertamente dentro de la Iglesia:
La libertad para rebelarse contra las estructuras de
poder de la Iglesia, la igualdad en la democratización introducida a través del
sistema conciliar en las parroquias, y la fraternidad de la sociabilidad
horizontal, en la cual el aspecto vertical, Dios y la trascendencia como un
todo, quedan fuera de consideración. El grado en que el Vaticano II está
asociado con la revolución Francesa es claramente evidente en los comentarios
hechos en el 11° Congreso del Partido Comunista italiano en 1964. 10
Las semillas
envenenadas plantadas dentro de la Iglesia por las sociedades secretas
“vinieron a la luz primero en el modernismo, que apareció al iniciarse el siglo
XX pero que fue inmediatamente puesto fuera de circulación por las enérgicas
medidas que adopto San Pio X”11.
Monseñor Graber se
horroriza cuando al analizar los escritos de las sociedades secretas “se ven aparecer en ellos ya a fin de siglo
todas las ideas que están proponiendo a prueba la capacidad de ruptura de la
Iglesia en el periodo posconciliar” 12.
El objetivo final de
esas sociedades es la integración de todas las fuerzas financieras y sociales
bajo un gobierno mundial en el cual “el catolicismo, como todas las religiones,
seria consecuentemente absorbido en un sincretismo universal… En sus etapas
finales, la sinarquía plenamente llevada a cabo representaría la anti-Iglesia”.
Pretender crear “una anti-Iglesia o una “Iglesia Nueva”, mediante el
socavamiento y el cambio de la función de la antigua Iglesia, intentándolo no
tanto por un ataque desde el exterior como por lo que hoy se denomina en la
esfera política la “marcha a través de las instituciones” 13. Sus ideas,
sin ser específicamente nombradas, “se difunden en la circulación espiritual
de la Iglesia a través del proceso de evolución…” a fin de “privar a la
Iglesia de su carácter sobrenatural, amalgamándola con el mundo, en vez de
dejar que circulen una al lado del otro como confesiones separadas, y así
preparar el camino a una religión mundial estandardizada en un Estado mundial
centralizado”14.
Los masones
proclaman bien abiertamente: “El
objetivo ya no es destruir a la Iglesia sino más bien utilizarla por medio de
la infiltración” 15. Uno de sus voceros, un ex-canónigo y “apostata de la
peor especie” 16, profetizo que el “culto
sagrado en la forma ordenada por la liturgia, el ceremonial, el ritual y las
disposiciones de la Iglesia Romana pronto sufrirán una transformación en un
concilio ecuménico que le restaurara la venerable sencillez de la edad de oro
de los Apóstoles, acorde con los dictados de la conciencia y de la civilización
moderna” 17. (La primera de las normas generales propuestas para la
reforma litúrgica del Vaticano II fue que: “los
ritos deberán caracterizarse por una noble sencillez”).
La absoluta
semejanza de esa predicción con la reforma litúrgica posconciliar hizo que la
simple conciencia resultase una explicación demasiada ingenua. Cualesquiera que
hayan sido sus intenciones, es evidente que si el Arzobispo Bugnini hubiese
tratado de destruir la liturgia romana, y de destruir la Misa, no podría
haberlo hecho con más eficacia. Resulta obvio que las pruebas contra Bugnini
que se le presentaron al Papa deben de haber revestido una evidencia de
gravedad excepcional para que este, para consternación de los liberales, no
solo lo, separa del cargo de Secretario de la Congragación para el Culto
Divino, sino que disolviera esa misma Congragación y la fusionara con la de los
sacramentos. Los liberales no ocultaron que consideraron esto como un paso muy
retrogrado que podría hacer peligrar el futuro de la reforma de Bugnini 18. Las
sospechas aumentaron cuando se lo envió a Irán como pro-nuncio y no causo gran
sorpresa cuando en abril de 1976, un prominente escritor de Italia, Tito
Casini, expresara públicamente que: “La
reforma fue realizada por ese Bugnini, a quien por fin se ha desenmascarado; es
verdaderamente lo que hace tiempo sospechábamos: un francmason” 19.
Ninguna institución
es tan hábil para esconder sus secretos como el Vaticano; sin embargo,
empezaron a develarse informaciones que relacionaban con la masonería a otros
importantes prelados, hasta cardenales. Monseñor Lefebvre comentaba en marzo de
1976: “Ahora, cuando oímos en Roma que el que fue alma y corazón de la reforma
litúrgica pertenece a la francmasonería, podemos pensar que no es el único.
El velo que cubrió
el mayor engaño que jamás haya mistificado al clero y confundido a los fieles,
era sin duda comenzando a rasgarse” 20. Monseñor Lefebvre nos recuerda que Pio IX ordeno que
se publicaran los documentos de la Alta
Vendita para alertar a la feligresía sobre los planes masónicos de
infiltrarse en el Vaticano y destruir la Iglesia desde dentro.
Es bastante
interesante que los documentos de la Alta
Vendita, la más elevada logia de los Carbonarios,
sociedad secreta italiana, fueran más tarde publicados en Dublín en 1885 por
Monseñor George F. Dillon, como respuesta a la exhortación de león XIII a
“arrancarle la máscara a la francmasonería”. Cuando el Papa recibió un ejemplar
del libro de Monseñor Dillon quedo tan impresionado que ordeno que se publicara
en traducción italiana, costeándola de su propio peculio. Providencialmente,
ese libro se halla aun disponible en ingles 21
y el desenmascaramiento del arzobispo Bugnini prueba que la advertencia
que allí se hace nunca fue más oportuna 22. El capítulo XVI, fue titulado Permanent Instruction of the Alta Vendita, dice lo siguiente:
“Nuestro objetivo final es el de Voltaire y el de la Revolución Francesa: la
destrucción para siempre del catolicismo e incluso de la idea cristiana, que si
se dejara en pie las ruinas de Roma, significaría luego la resurrección del
cristianismo”.
Buscan “un papa acorde
con nuestros deseos”, no forzosamente uno malo; de hecho, uno bueno les
convendría más, sino uno a quien pudiera instrumentar. “El papa, cualquiera que
fuese nunca llegara hasta las sociedades secretas. Toca a las sociedades
secretas llegar a la iglesia primero, con el propósito de conquistar a ambos.
La tarea que hemos
emprendido no es obra de un día, ni de un mes ni de un año. Puede durar muchos
años, un siglo tal vez, pero en nuestras filas el soldado muere y la lucha
continua”. La hora de la Alta Vendita
habrá llegado cuando sus agentes por imperio de la circunstancias, hayan
invadido todas las funciones. Gobernaran, administraran y juzgaran. Formaran el
consejo del Soberano. Se les convocara para elegir al pontífice que debe
reinar; y ese pontífice, como la mayoría de sus contemporáneos, estará
necesariamente imbuido de los principios italianos humanitarios que estamos a
punto de poner en circulación…Dejad que el clero marche tras vuestra bandera
creyendo siempre que marcha tras la bandera de las Llaves Apostólicas. ¿Deseáis
provocar la desaparición del último vestigio de tiranía y opresión? Echad
vuestras redes como Simon Bariona. Tenedlas en el fondo de las sacristías, de
los seminarios y de los conventos, antes que en las profundidades del mar y si
no os precipitáis, obtendréis una redada de peces más milagrosa que dé el. El
pescador de peces se convertirá en pescador de hombres. Os reuniréis como
amigos en torno de la Silla Apostolicae.
Habréis pescado una
revolución con tiara y capa pluvial que marchara con la Cruz y la bandera, una
revolución que solo necesita un pequeño estímulo para incendiar en mundo por
los cuatro costados”.
Los que piensen que
es imposible tomar en serio este documento debería reflexionar que se publicó
por orden del Sumo Pontifica, con la esperanza de impedir la total concreción
de los planes de la Alta Vendita.
Nótese igualmente
que no esperen colocar a uno de los suyos en el trono
Papel, sino asegurarse
la elección de una papa idealista, inspirado por ideales humanitarios al cual
puedan manipular. El clero no resistiría las ordenes que le llegaran desde el
Vaticano, por más penosas que parecieron, porque consideraría que
obedeciéndolas marchan “tras la bandera
de las Llaves Apostólicas”.
El Arzobispo Bugnini
podrá haber estado desterrado en Irán y su Congregación disuelta, pero su nueva
Misa permanece.
Las sociedades
secretas que planeaban destruir a la Iglesia “reformándola” desde adentro no
buscaba solo una nueva Misa, como explica Monseñor Graber. Todo debe ser
“nuevo”: habrá una “nueva religión”, un “nuevo dogma”, un “nuevo sacerdocio”,
en el cual los nuevos sacerdotes serán llamados “progresistas, se abolirá la
sotana y se admitirá el matrimonio 23.
Un llamado al
sensualismo debe ser el arma clave: “Formad
corazones llenos de vicios y no tendréis más católicos. Hemos emprendido la
corrupción a gran escala, la corrupción del pueblo por el clero, y la de clero
por nosotros, la corrupción que abre el camino para que clavemos la sepultura
de la Iglesia” 24.
¿Qué alcance tuvo la
influencia de las sociedades secretas en el Vaticano II? El obispo Graber cree
que fue apreciable, aunque no pueda, por supuesto, prestar pruebas explicitas.
Si bien el Concilio, como se verá enseguida, no consiguió por cierto todo lo
que algunos masones esperaban, el Obispo Graber puede demostrar que las orientaciones actuales de la
Iglesia concuerdan muy estrechamente con las que pretendía la estrategia de las
sociedades secretas. Si esas orientaciones continúan desarrollándose sin
freno en su dirección actual el resultado final será con toda certeza el mismo
objetivo que buscaban las sociedades secretas. Como lo prueba el caso del
Arzobispado Bugnini, seria abusar un poco demasiado de la conciencia, sostener
que la similitud de lo que está sucediendo en la actualidad con los fines
buscados por las sociedades secretas es mera casualidad. Y a los que no dan
crédito a las palabras de Monseñor Graber, de que tales eran sus intenciones,
les convendría leer Humanum Genus. De
lo que Monseñor Graber proporciona pruebas es de la satisfacción expresada por
algunas ramas de la masonería ante el estado de la Iglesia después del
Concilio. Un artículo de L’Humanisme, periódico
del Gran Oriente francés, lo declaraba bien abiertamente en 1968 25.
Ninguna prueba por
si sola puede resultar decisiva en un caso como el que cita Monseñor Graber. La
fuerza en este caso proviene del efecto acumulado de sus pruebas, y los pocos
ejemplos que citamos aquí solo lo insinúan. En merito a la objetividad tienen
importancia aclarar que algunos
prominentes masones consideran que los documentos conciliares están muy lejos
de ser totalmente satisfactorios. El beneplácito de la Masonería del Gran
Oriente por el estado de la Iglesia después del Concilio ha sido mencionado con
anterioridad. No, obstante, Jacques Mitterrand, antiguo Gran Maestre del Gran
Oriente de Francia, encuentra mucho que le disgusta en los documentos definitivos.
Tiene algunas expresiones favorables hacia las actitudes progresistas de Juan
XXIII y Pablo Vi, en confortante contraste con la posición “reaccionaria” de
Pio XII 26.
Pero deja bien en
claro que consideraba al Cardenal Ottaviani como el supervillano del Vaticano
de hoy, de modo que, como lo hemos demostrado, ese magnífico Cardenal ha sido
escogido como blanco de censuras especiales y con frecuencia malignas por los
católicos progresistas, los protestantes, los comunistas y los francmasones. No
podía tributársele mayor honor a su ortodoxia, ya que el odio del mundo es considerado en el Evangelio como la señal del verdadero
cristiano.
Se torna necesario
una vez más hacer una distinción, y en rigor de verdad debemos subrayar el
hecho de que existe un conflicto permanente y a menudo áspero entre las
diferentes sociedades masónicas, particularmente entre la variedad del Gran
Oriente (virulentamente antirreligiosa, a la que pertenece Miterrand), y la
rama de la Gran Logia, de orientación religiosa, que se halla en Inglaterra con
ramificaciones en todo el mundo. Existen, sin embargo, ramas “cismáticas” de L
Gran Logia que mucho simpatizan con el estilo de Masonería del Gran Oriente.
Quizá la forma más clara de ilustrar la naturaleza de la masonería es
compararla con la variedad de sectas protestantes que, a pesar de no estar unidas entre sí, son tasas incompatibles con el catolicismo.
Como sería tonto
ignorar la posibilidad de que esas sociedades hayan ejercido una influencia
durante el Concilio, sería igualmente necio exagerar su alcance. Algunos
católicos son demasiado proclives a atribuir todos los males de la iglesia a los
conspiradores que se han infiltrado en sus filas, a veces marxistas, a veces
judíos, otras veces masones y a veces una combinación de los tres. El gran
peligro aquí reside en empezar con una teoría y luego hallar hechos que la
prueben, mientras se aprecian las evidencias que señalan en otra dirección. San
Pio X nos advirtió que la Iglesia esta atacada por enemigos internos decididos
a destruirla desde adentro, pero seriamos necios suponiendo que la mayoría o
siquiera muchos de los prominentes progresistas conspiran deliberadamente para
destruir. Por cierto si así fuera, difícilmente darían tal espectáculo de si
mismos. Atacando públicamente, a cada momento, la enseñanza doctrinal y moral
católica. Los conspiradores no operan de ese modo, como el caso del Arzobispo
Bugnini lo demuestra. M propia experiencia con los prominentes católicos
progresista de Inglaterra me ha convencido de que la mayoría de ellos no son
siniestros sino tontos, no son hombres inteligentes y astutos que cumplen un
plan preconcebido para destruir a la iglesia, sino individuos verdaderamente
patéticos, hombres de inteligencia superficial y de débil personalidad, cuya
sola ambición es aparecer a tono con el pensamiento moderno.
Si se admite que
existe una conspiración organizada dentro de la Iglesia y contra ella, nada
ayudaría más a sus objetivos que la actividad de los que interpretan todo
suceso a la luz de una obsesiva teoría conspirativa, creando, por lo tanto, un
clima en el que un anuncio importante puede quedar ridiculizado simplemente por
afirmar la existencia de una conspiración. El valor del libro de Monseñor
Graber reside en que no exagera su caso y merece ser estudiado por todo
católico preocupado por la descomposición de la Iglesia, leyéndolo juntamente
con Humanum Genus y Pascendi. Pablo VI nos asegura que la
presente destrucción de la iglesia es una autodestrucción; San Pio X advirtió
que esa era la intensión de los modernistas, cuyos objetivos y creencias se
aproximan tanto a lo que Monseñor Graber demostró que era la estrategia de las
sociedades secretas. Como San Pio X escribe, esos hombres son:
Enemigos de la
iglesia y no se apartara de lo verdadero quien dijera que esta no los ha tenido
peores. Porque en efecto, no desde fuera sino desde dentro: en nuestros días el
peligro está casi en las entrañas mismas de la Iglesia y en sus venas; y el
daño producido por tales enemigos es tanto más inevitable cuanto más a fondo
conocen a la iglesia. Añádase que han aplicándola segur, no a las ramas, ni
tampoco a los débiles renuevos, sino a la raíz misma; esto es, a la fe y a sus
fibras más profundas. Mas una vez herida esa raíz de vida inmortal, pasan a
hacer circular el virus por todo el árbol, y en tales proporciones que no hay
parte alguna de la fe católica donde no pongan su mano, ninguna que no se
esfuercen por corromper 27.
El estado al que han
reducido la liturgia romana, la gloria más grande de la Iglesia y de la
civilización occidental, brinda un testimonio desgarrador de la eficacia con
que estos enemigos perniciosos realizan su tarea. El 8 de octubre de 1976, el
periódico Le Figuro publico informe
en el que se afirma que el Arzobispo Bugnni niega haber tenido alguna vez
contactos con la Masonerías, y por justicia hacia el Arzobispo que tener en
cuenta esta desmentida cuando se analiza la afirmación de que fue masón, según
lo señalado en este escrito.
En complemento de la
publica acusación hecha por Tito Casini en abril de 1976 en un libro vendido en
las librerías católicas de toda Italia ( véase nota 26), desmentida solo seis
meses después en octubre, he hecho mi propia investigación, y puedo garantizar
personalmente la autenticidad de los siguientes hechos. Un sacerdote entrego en
las manos del Papa mismo unos documentos que afirmo probaban la evidencia de
que Monseñor Bugnini era masón, que si no se tomaba una drástica medida se vería obligado en
conciencia a hacer públicos los hechos. Luego vino la serie de hechos descritos
anteriormente en el presente artículo.
Puede establecer
contacto directo con el sacerdote en cuestión, a través de un amigo común, otro
sacerdote, hombre de suma integridad y sobresaliente erudito. Le pregunte si sería
posible publicar detalles de las pruebas. El sacerdote que las había presentado
al Papa, respondió:
“Per quello che mi
chiede, sono spiacente di non poter farenulla. IIsegreto che debe circondare
quella denuncia (per la quale Mons. Bugnini dovette andarsene!) e “top secret”
e tale debe restere. Per moite ragioni. Vi basta il “fatto” che il suddetto
Monsignore fu súbito mandato via del suo ufficio. Sinifica che gli “argomenti”
furono piu che probanti!”.
No veo aun la
alternativa de otra explicación coherente, ni siquiera convincente, para la
abrupta, inesperada y sin precedente dimisión y eventual destierro de un
prelado en una posición de tanto poder e influencia.
Sin embargo, deseo recalcar que el juicio
contra la reforma litúrgica que emitió en Pope
John’s Council no está basado en
absoluto sobre el hecho de que Monseñor Bugnini sea masón o ni siquiera en que
exista una conspiración masónica. Se basa únicamente en la reforma misma y en
sus frutos. La naturaleza de esta reforma fue perfectamente resumida por nada
menos que el profesor Dietrich von Hildebrand en su libro The Devastated Vineyard (p. 71), donde afirma que si a un diablo
del infierno “se le hubiere encomendado la ruina de la liturgia, no hubiera
podido hacerlo mejor”.
Michael Davies.
1. Pascendi, Burns and Oates, pp. 3-4.
Esta encíclica fue publicada integra en ROMA n° 20. Pedidos a Casilla de Correo
Central 2193, 1000 Buenos Aires. Precio: $ 60.000.
2. Ibid;
p. 31.
3. Ibid;
p. 51.
4. Atanasio y la Iglesia de nuestro tiempo
(AIT). Publicado en ROMA n° 48, en sus partes esenciales. el autor sigue la
edición inglesa.
5. Op.
Cit. En nota 1, pp. 54-55.
6. Citado
en L. de Poncins, Freemansonry and the
Vatican p. 17.
7. AIT;
p. 31.
8. The Knightship of Christ and Organized
Naturalism, del Padre o. Fahey, Nota 9, pag. 62.
9. AIT,
p. 32.
10. AIT,
P. 31.
11. AIT,
P. 32.
12. Ibid.
13. AIT,
p. 33.
14. AIT,
pp.33 y 37.
15. AIT,
p. 39.
16. AIT,
p. 34.
17. AIT,
p. 35.
18. The Tablet, 30 de agosto de 1975, p.
828.
19. Nel Fuma de Satana (Florencia, 1976),
p. 150. “…a conclusione de una Riforma-condotta da Bugnini che si e infine
scoperto per cio che si sospettava: massone”.
20. Letter to Friends and Benefactors, n°
10.
21. Existe
una edición Argentina: Monseñor George F. Dillon: El Gran Oriente de la Masoneria sin mascara, Edit. Chaco, 1977, 192
pp. (N. del E).
22. Gran Orient Freemasonry Unmasked
(Londres, 1965). (Ver lista de publicaciones.
23. AIT.
P. 36.
24. AIT,
p. 40.
25. AIT,
p. 70.
26. J.Mitterrand,
La Politique des Fracs-Macons
(Paris, 1973), p. 167. No es la misma persona que el presidente actual de la
República francesa, si bien este último representa la quintaescencia de la
masonería.
27. Pascendi,
pp. 4-5.
Condensado
del capítulo XII de su libro “EL CONCILIO DEL PAPA JUAN”, que recomendamos
vivamente. Pedidos: Librería Cardenal Mindszenty, Venezuela 1318, 1095 Buenos
Aires.
NOTA: ROMA
Año XVII, n°
79 – paginas 40-49 - BUENOS AIRES – SEPTIEMBRE 1983.
LOS PRIMEROS
VIERNES
Te prometo,
en la excesiva misericordia de mi corazón, que su amor omnipotente concederá a
todos los que comulgaren en el primer viernes de nueve meses seguidos, la
gracia de la penitencia final: no morirán en mi desgracia y sin recibir sus Sacramentos,
tornándose mi divino Corazón su asilo seguro en el último momento.
Promesa del Sagrado corazón de Jesus a Santa Margarita
Maria Alacoque.