5 Mandamiento : " No fornicarás"
Enseñanza de la moral cristiana : Contra lujuria - castidad
Judíos, los Amos del Porno: la Promoción Sistemática de la Desviación Sexual
Dr. Lasha Darkmoon.- resulta cuanto menos chocante descubrir que dos de los padres de la Revolución Sexual eran unos pervertidos sexuales con una misión evangélica en la vida: infectar a la sociedad con sus ideas extravagantes y convertir el mundo en enorme “Masturbatorium”.
Me refiero al principal investigador sexual del SXX, Alfred Kinsey (1894-1956) y su famoso contemporáneo, el culto psicoanalista Wilhelm Reich (1897-1957).
Inmersos en las peligrosas fantochadas del fraudulento (además de judío) Freud – ver aquí y aquí – tanto Kinsey como Reich abrazaron con entusiasmo el laissez-faire (“todo vale”) de la filosofía Freudiana: “Abogo por una vida sexual incomparablemente más libre”. Al igual que su mentor vienés, les habría encantado añadir: “Si sólo los estadounidenses supieran — les estamos trayendo la plaga!”
De acuerdo a Freud y sus seguidores, el antisemitismo era una patología universal con raíces en la represión sexual. Su cura consistía en la “liberación sexual”. La teoría, en su forma más cruda y simple, equivale a: en vez de meterse con los Judíos, ¿por qué no relajarse y tener sexo?
El supuesto subyacente aquí es que el sexo es el gran libertador y que todas las frustraciones políticas y económicas pueden ser aliviadas con la actividad sexual — en particular, con sexo obsesivo y adictivo. Las personas que se pasan todas las horas de vigilia buscando estimulación sexual son, evidentemente, incapaces de organizar programas, montar revoluciones sangrientas, o convertirse en una amenaza para los ricos y poderosos .
Esto, en pocas palabras, era la filosofía de Wilhelm Reich, sumo sacerdote de la “industria de la masturbación”, por usar una frase de la obra magistral de E. Michael Jones Libido dominandi, donde se estudia a Kinsey y Reich con gran detalle.
El sexo, según los filósofos de la Revolución Sexual inspirados por Reich, ha de ser la panacea para todos los problemas de la sociedad: el nuevo opio del pueblo. Si la gente no puede tener pan, dejad que coman pasteles. Si no pueden tener trabajo, seguridad, autorrealización, tener un propósito válido en la vida, dejadles tener sexo como sustituto. Si no hay otra cosa disponible, el sexo recreativo proporcionará una distracción útil y le dará a la gente algo que hacer.
El caso contra Willhelm Reich
Siendo él mismo un masturbador compulsivo , Reich creía que la masturbación era una herramienta útil para la producción de individuos “bien equilibrados”, sin obsesiones religiosas o actitudes antisemitas. Su principal conclusión (aquí y aquí) fue que la masturbación y la vida religiosa eran incompatibles, que es lo que le llevó a defender la masturbación como método más eficaz para erradicar el instinto religioso – que él consideraba como el mal más perverso. “Lo que Reich descubrió fue una verdad fundamental de las políticas sexuales, uno descubierto por la Iglesia Católica largo tiempo atrás”, comenta el Dr. E. Michael Jones. “O bien la masturbación destruye tu vida de oración , o la oración destruye tu capacidad para disfrutar de la masturbación. Las dos formas de actividad son psíquicamente mutuamente excluyentes.” (Ver aquí, p. 259 ) Al igual que muchos otros psicoanalistas, Reich es conocido por haber masturbado a sus pacientes de sexo femenino en sesiones terapéuticas. “El placer de vivir y el placer del orgasmo son idénticos”, pontificó , igualando con ello la felicidad infinita con la prestación de un número infinito de orgasmos.
Reich fue , según él mismo cuenta, no sólo un masturbador compulsivo desde la infancia, sino un pervertido confeso con amplios intereses sexuales. Habiendo iniciado la actividad sexual a la temprana edad de cuatro años con una sirvienta, con cuyo vello púbico se le permitió jugar, pasó a seducir a la cocinera de la familia a las once y media. Cuando aún era un niño pequeño, había comenzado a tener un interés malsano por los animales de granja y podía ser visto merodeando alrededor de los establos donde “estimulaba a las yeguas insertando asas de fustas en sus vaginas.” A los 15 años comenzó a visitar los burdeles, donde sus apetitos insaciables le hicieron famoso en la ciudad .En su autobiografía describe su libido incontrolable:
¿Fue el ambiente, la ropa, las luces rojas, la desnudez provocativa, el olor de las putas – No lo sé! Yo era pura lujuria sensual. Dejé de ser. ¡Era todo Pene! Mordí, arañé, empujé, y la chica pasó un buen rato conmigo! Yo pensé que tendría que meterme dentro de ella …
Albergando una pasión incestuosa por su madre, la espiaría teniendo relaciones sexuales con el tutor de la familia. “Necesito una mujer”, escribió en su diario, “¿quién es madre ramera a la vez?” Una vez tuvo la tentación de entrar en la habitación de su madre, mientras practicaba sexo con su tutor, y exigir formar parte de un trío:
Les oí besándose, susurrando, y el horrible crujido de la cama en la que mi madre yacía . A diez metros de distancia se encontraba su propio hijo, testigo de su desgracia…. Todo lo que recuerdo de aquella noche catastrófica es que quería precipitarse en la habitación, pero me contuvo el pensamiento: ¡podrían matarte! … Me arrastré de vuelta a la cama, sin esperanza de consuelo, ¡mi espíritu juvenil roto! Por primera vez , un profundo sentimiento de desgracia y abandono me invadió…. [Incluso pensé en] interrumpirles y exigir que ella tuviera relaciones sexuales conmigo también (¡qué vergüenza!), amenazando que, de lo contrario, se lo diría a Padre.
Como se puede deducir, acabó informando a su padre sobre las infidelidades de su madre, omitiendo convenientemente mencionar sus propios deseos incestuosos. Su deslealtad a ella al convertirse en informante, combinado con el brutal maltrato que recibió de su marido Leon, la llevaron finalmente al suicidio. Tragó una pinta de Lysol, un líquido de limpieza doméstica común, y murió en agonía. Otro dato completa los extraños detalles de fondo de esta saga familiar : ” Se tragó un veneno tras otro, mientras que Leon continuó golpeándola cuando murió” (énfasis añadido).
Wilhelm Reich, su hijo, el futuro famoso psicoanalista, contaba entonces con sólo 13 años.
Este es el hombre que llegó a ser, al igual que su igualmente perverso contemporáneo Alfred Kinsey, uno de los padrinos de la Revolución Sexual de la década de los 60.
De individuos como Kinsey y Reich, los fácilmente manipulables estadounidenses habrían de recibir instrucciones sobre cómo comportarse sexualmente.
Como parte de la escuela neo- Freudiana de psicoanalistas, Reich recibió el apoyo entusiasta de un buen número de psiquiatras y escritores, muchos de ellos militantes de la sub-cultura psicoanalítica judía, que tan importante fue para erigir una poderosa crítica de la Cultura Occidental, alcanzando su mayor influencia en el periodo de posguerra: Herbert Marcuse, Erich Fromm, Adorno, Horkheimer, Alexander Lowen, Stanley Keleman, Moshe Feldenkreis, Ida Rolf, Paul Goodman, Norman Mailer, Allen Ginsberg, Saul Bellow, Fritz Perls y Arthur Janov (ver aquí y aquí).
El judío Richard Pacheco, estrella del porno, quien en un primer momento quiso convertirse en rabino (habiendo incluso solicitado la admisión a un seminario), era un ferviente admirador de Reich, cuyos libros leía de cabo a rabo. Reich aparentemente influyó en su decisión final de convertirse en una estrella del porno en vez de en un rabino. Al igual que su mentor, Pacheco también fue un masturbador compulsivo. Cuando se le preguntó si todavía veía películas pornográficas, ya que se había retirado de la actuación y se había convertido en un anciano, respondió con franqueza, “De vez en cuando pongo una para masturbarme si mi esposa no está.”
En 1954, en el apogeo de la era McCarthy, Reich fue encarcelado bajo la acusación de fraude médico por intentar promocionar y vender “cajas de orgón“. Ligeramente más pequeñas que las cabinas telefónicas, se trataba de pequeños compartimentos donde los pacientes debían sentarse durante periodos cortos de tiempo para absorber “rayos cósmicos”. Aparentemente, les revigorizaría sexualmente, curaría la impotencia y el cáncer, además de actuar como antídoto contra el envenenamiento radiactivo de los OVNIS que, según Reich, habían invadido secretamente la Tierra. (Ver aquí)
Entrevistando a Einstein, Reich le contó en secreto que la mayor parte de la gente le tomaba (a Reich) por loco. Einstein respondió secamente: “Puedo creerlo”
El caso contra Kinsey
No resulta sorprendente saber que Kinsey, al igual que Reich, fue igualmente un ávido consumidor de pornografía, hasta el punto de fotografiar su propio pene en numerosas ocasiones y llevar a su mujer a actuar en películas porno caseras. Se jactaba orgulloso de que la colección pornográfica de su Instituto era la segunda más grande del mundo, después de la del Vaticano.
Se ha de destacar que Alfred Kinsey, aunque nacido y criado como cristiano, no sólo fue un ateo que odió toda su vida al Cristianismo en general y a la Iglesia Católica en particular, sino que fue también un Sionista y Goyim Shabbat que debió su enorme éxito a la Judería organizada. Su investigación fraudulenta, diseñada para hacer parecer la desviación como norma, fue generosamente financiada por la Fundación Rockefeller y otras organizaciones dominadas por Judíos (págs. 340-341). “Para cuando se retiró en 1954″, E. Michael Jones nos dice, “la Fundación Rockefeller había inyectado cientos de miles de dólares a las arcas del Instituto Kinsey.”
La única razón por la que decidieron detener la financiación fue que, para entonces, el Instituto , deseoso por conservar su buena reputación, no podía seguir corriendo el riesgo de que se le asociara con Kinsey. Sus turbias actividades delictivas con un depredador pedófilo homosexual, un pervertido que había abusado y torturado a 800 niños, convirtieron de repente a Kinsey en persona non grata (ver E. Michael Jones, Libido dominandi, pp 327-337).
Un pervertido sexual de lo más excéntrico, que se grabó una vez insertándose un cepillo de dientes en la uretra, añadiendo posteriormente esta joya a su colección porno. Siendo él mismo un homosexual con un ávido interés por los niños pequeños, comentó cómo medía la longitud del pene, flácido y erecto, de todos los hombres que entrevistaba mientras llevaba a cabo su “investigación”. ¿Por qué? puede uno imaginárselo.
Un año antes de morir, Kinsey se cortó el prepucio con una navaja – un burdo intento de auto-circuncisión. Nadie ha sido capaz de averiguar por qué lo hizo. La muerte de Kinsey, sin embargo, se ha atribuido a sus inclinaciones sexuales.
Dra. Judith Reisman escribe:
Uno de los primeros partidarios y defensores de la masturbación, Kinsey sufrió una muerte prematura debido, al menos en parte, a la “orquitis”, una infección letal en los testículos tras años de auto-abuso orgiástico.
The New York Times, propiedad de la familia judía ashkenazi Sulzberger y conocido por ser el mayor medio de propaganda izquierda/liberal, hizo todo lo posible (como la Fundación Rockefeller) por promocionar a Kinsey y dar a conocer su nombre. De hecho, no resulta sorprendente saber que Arthur Hays Sulzberger, editor del New York Times, formó parte del Consejo de Administración de la Fundación Rockefeller durante todo el tiempo que estuvo aprobando fondos para los dudosos experimentos de Kinsey (ver aquí, p. 340 ).
El mayor crítico y némesis de Kinsey, la Dra. Judith Reisman, dice lo siguiente acerca de la conexión Kinsey – Rockefeller:
La Fundación Rockefeller fue la principal fuente de financiación de Kinsey, a pesar de haber recibido amplias y repetidas advertencias de notables estadistas e investigadores sociales de que la pseudo-ciencia de Kinsey era un engaño ….
Kinsey sólo es superado por Darwin en el panteón laico, y mucha gente reconoce que exponer las mentiras de Kinsey supone un asalto importante a la revolución sexual y una amenaza a la libertad sexual que disfrutan ….Kinsey afirmó haber demostrado , en base a los individuos desviados que utilizó en su investigación, que el 95% de los hombres estadounidenses eran desviados sexuales y, por lo tanto, delincuentes sexuales ….Kinsey creía que toda forma de sexo era legítima – pedofilia, zoofilia , incesto, adulterio , prostitución, sexo en grupo, travestismo, sadomasoquismo – y luchó por derogar todas las leyes que prohibieran cualquiera de estas perversiones. (Ver aquí)
Kinsey desvió del camino para entrevistar a la escoria de la sociedad, frecuentando tugurios, bares gay, burdeles y cárceles. A partir de estas entrevistas generalizó sobre los hábitos sexuales de la sociedad en general. Su metodología, se podría decir , era escandalosa. En Gary, Indiana, por ejemplo, reunió 71 historias, todos ellos basados en entrevistas con prostitutas negras. Tomando nota de lo que estas mujeres le dijeron, Kinsey concluyó felizmente que la ama de casa blanca americana era una gata en celo — ¡sexualmente aventurera hasta el extremo! El psicólogo estadounidense Abraham Maslow fue muy suave cuando dijo: “Toda la base de las estadísticas de Kinsey ha demostrado ser inestable.” (Libido Dominandi, pág. 322-324)
El Dr. E. Michael Jones está tan convencido como Reisman, de que Kinsey fue mucho más que un fraude descarado. Era, de hecho, un criminal: un chantajista (pág. 330), un pornógrafo pervertido, y un pedófilo que masturbaba a niños pequeños como parte de su supuesta “investigación”.
Un niño de cuatro años de edad, fue ” específicamente tratado” por veinticuatro horas. Este crío alcanzó los veintiséis orgasmos en este período de tiempo. Otro bebé de once meses de edad tuvo catorce “orgasmos”, de acuerdo con la definición de Kinsey, en un período de treinta y ocho minutos, o un orgasmo cada 2,7 minutos. (E. Michael Jones, Degenerate Moderns, pág. 106)
Nunca se insistirá lo suficiente en que toda esta actividad criminal fue apoyada por las generosas donaciones de la Fundación Rockefeller al Instituto Kinsey, todavía floreciente en la Universidad de Indiana. Elocuencia encerada con indignación, la devastadora conclusión de Jones es que los estadounidenses, a todos los efectos, han sido llevados al precipicio como cerdos de Gadarene por Kinsey y sus partidarios corruptos:
La familia Rockefeller dudó en apoyar actividades ilegales para alcanzar sus fines. … Estaban dispuestos a utilizar la guerra psicológica en contra de sus compatriotas. … El sexo formaba parte del arsenal de la guerra psicológica, y los intereses de los Rockefeller en su apoyo al profesor Kinsey de la Universidad de Indiana dejó entrever que estaban planeando usar esta arma para hacer frente a nuevos enemigos. (pág. 313) …
El Instituto Kinsey estaba ahora en el negocio de la pornografía y la Fundación Rockefeller pagaba las facturas. … Los Rockefeller estaban [ahora] financiando la filmación de abusos a niños. (pág. 336) …Los Rockefeller estaban interesados en la ingeniería social por medio de la manipulación de la sexualidad, y el Informe Kinsey fue el vehículo que lo haría posible en un futuro próximo, con la colaboración de una indolente cultura difundida por los medios de comunicación. (pág. 341)
Que Kinsey sigua siendo hoy un héroe nacional, la máxima autoridad en todo lo referente a la sexualidad, se lo tenemos que agradecer a la Fundación Rockefeller. Una proeza notable en relaciones públicas.
Cuesta creer que la extraña vida privada de los investigadores del sexo haya engañado a millones de incautos. Comprando sus libros – y adoptando con entusiasmo sus locas, viciadas y peligrosas ideas.
La Perversión Sexual es buena para ti: El caso de The Independent
El premiado autor, Howard Jacobson, dice lo siguiente a favor de la perversión sexual:
Es sólo cuando exploramos los límites exteriores de nuestros deseos sexuales cuando nos convertimos casi plenamente en seres humanos. Todos estamos enfermos en a nuestra manera…. Cuando no estaba mirando pornografía o escribiendo El Proceso, Kafka visitaba burdeles. Me alegro por él y por su literatura. Por la prostitución siento lo mismo que por la pornografía – que un hombre debe acogerse a lo que está en oferta …
Crecemos un poco más libres cuando leemos Mil días de Sodoma (De Sade), aun sabiendo que no podemos vivir de acuerdo a su anarquía …. Debemos encontrar el espacio para pensar, y dentro de lo posible, para actuar, con rebeldía, rechazando todas las tentativas de confinarnos al infierno de la normativa…
Somos criaturas extrañas, parte ángeles de reflexión, parte bestias con sus garras clavadas en la Tierra. Sería demasiado cruel pensar que una especie tan peculiar como la nuestra habría de pensar jamás que existe una forma correcta y otra incorrecta en nuestro comportamiento sexual, como si hubiera un patrón divino al que tuvieramos que atenernos. Yo no digo que entregándonos a lo demoníaco, o simplemente desviado, haga necesariamente felices … pero el buen camino, el estrecho, tan sólo nos ha hecho miserables. – Howard Jacobson,
Elogio de la Perversión. (Énfasis añadido)
Elogio de la Perversión. (Énfasis añadido)
Según este paladín de la perversión sexual, ser sexualmente normal es un “infierno”. Dale sabor a tu vida con prostitutas y pornografía. Un hombre, después de todo, “debe acogerse a lo que se ofrezca.”
Howard Jacobson es un escritor judío con novelas en las que la perversión sexual siempre juega un papel predominante. Por ejemplo, en su novela Peeping Tom nos da voyeurismo; En El Acto de Amor dosis importantes de fetichismo. Todos los héroes de Jacobson, como Portnoy, de Philip Roth, son masturbadores devotos. Con ella podría decirse que sustituyen la religión.
El artículo de Jacobson en defensa de la perversión se publicó en un periódico en el que ha sido columnista habitual durante muchos años. El mismo periódico británico, The Independent, también ha publicado durante mucho tiempo artículos de otro escritor judío conocido como Johann Hari, con una misma inclinación por la perversión sexual. En 2002 Hari escribió un artículo infame para The Guardian, Forbidden Love (amor prohibido), en el que hablaba a favor del incesto.
Hari, un plagiador confeso, recibió el Premio Orwell de manera fraudulenta en 2008 con el pleno respaldo del editor de su periódico, que avaló su veracidad. Se vio obligado a devolver el premio en 2011, cuando todos los plagios y demás duplicidades se hicieron evidentes. Por ejemplo, se había inventado muchas historias para The Independent, incluyendo atrocidades en África, haciendo pasar ficción por realidad. Más tarde, para empeorar las cosas, esta activista de los derechos de los homosexuales y homosexual “picado” acabaría siendo rechazado como escritor porno de incesto gay.
Si no te atrae la idea de tener sexo gay con tu hermano, no te molestes en leer Cómo mi hermano pequeño aprendió a ser una puta (How my little brother learned to be a whore), escrito bajo el seudónimo secreto de “David Rose”.
Ahora trata de “conectar los puntos” aquí: durante los muchos años que estos dos escritores judíos, Howard Jacobson y Johann Hari, ambos entusiastas de la desviación sexual, habían sido columnistas regulares para The Independent, el editor de este periódico también fue un Judío: Simon Kelner.
Y ahora, la “sorpresa”: ¡The Independent también es propiedad judía!
Aquí, por tanto, está el patrón: columnistas judíos impulsando la perversión sexual, editor judío que publica sus artículos , y magnate judío que hace posible todo lo anterior como propietario del periódico.
¿Quién es el dueño de The Independent?
Se trata de Alexander Lebedev Yevgenievich, que figuró en la revista Forbes en mayo de 2008 como la persona 358 más rica del mundo. Fortuna estimada: 3.1 mil millones de dólares. Lebedew, un oligarca “ruso”, huyó de Rusia con miles de millones de rublos cuando Vladimir Putin llegó al poder y decidió recuperar parte de la riqueza que un pequeño número de mega-ricos Judios había sustraído del Tesoro Ruso.
El 25 de marzo de 2010, Lebedev compró The Independent por el precio simbólico de £1, pagando la irrisoria suma de 9.25 millones de libras unos meses más tarde.
Esto me recuerda a ese otro oligarca “ruso” (judío), el ladrón convicto Mikhail Khodorkovsky, quien en 1995 amañó una subasta en la que se las arregló para robar la mayor compañía petrolera de Rusia, Yukos, de un valor de $40 mil millones, por la ridícula suma de 300 millones de dólares – una fracción ínfima de su valor. (Ver aquí)
¿Cómo lo hacen?
El caso de Frank Kameny
El fundador del movimiento de los Derechos de los Gays en Estados Unidos, el pornógrafo judío y promotor de la perversión Frank Kameny, fue la principal fuerza que presionó a la Asociación Psiquiátrica Americana (en 1973) a reclasificar las actividades homosexuales como “sexo normal”. Hasta entonces considerado como una enfermedad mental socialmente destructiva y curable, gracias a la Judería Organizada se dio luz verde a la homosexualidad, ahora considerada como un “estilo de vida alternativo” normal y saludable.
Aquí tenemos a Kameny hablando de la perversión sexual:
Si algo que alguien define arbitrariamente como “perversión sexual” proporciona felicidad a los adultos que consienten y participan, entonces su disfrute está consagrado en el americanismo básico. Así que dejadnos tener un mayor y mejor disfrute de más y mejores perversiones sexuales, cualquiera que sea la definición, por más y más adultos. Todos seremos mejores de esta forma. Y eso será el Americanismo en acción …
Después de impulsar la perversión sexual en general, Kameny da su bendición a la Zoofilia. Él mismo no está particularmente interesado en tener relaciones sexuales con perros, dice, pero no ve ninguna razón por la que otras personas no debieran tener relaciones sexuales con la mascota familiar, si eso les excita:
La zoofilia no es lo mío . Pero parece ser una debilidad o idiosincrasia inofensiva para algunas personas. Siempre y cuando al animal no le importe (rara vez lo hace), no me parece mal, y yo no veo por qué habría de importarle a nadie. (Ver aquí).
¿Cómo puede estar tan seguro Kameny de que al animal “no le importa”? ¿les ha preguntado? No, casualmente asume que estarán encantados. Él que ha estudiado el Talmud babilónico, debió sorprenderse al ver que la zoofilia estaba prohibída en todo momento para la mujer, a pesar de que estaba permitido para los hombres bajo ciertas circunstancias – un claro caso de doble rasero. “Si una mujer permite ser el objeto del mismo, sea o no de forma natural, es culpable. Pero si un hombre practica la zoofilia, es responsable sólo si la conexión ha sido natural, y no de otra manera.” (Ir abajo hasta la imagen del Talmud, pág. 55, aquí).
Todos hemos oído hablar del descaro judío, aun así resulta sorprendente enterarse de que este famoso icono de los derechos de los homosexuales tenga el descaro de condenar a Dios por su homofobia mojigata. Moviendo su dedo al Dios de la Biblia , Kameny lo describe como “un pecador fanático y homófobo que necesita arrepentirse.”
En fin. Ése es el problema con Dios. Si hubiera sido menos intolerante, habría permitido a Adán y Steve practicar sexo y tener bebés.
Resulta incluso más sorprendente enterarse de que el presidente Obama otorgó recientemente el honor supremo a este dechado judío, promotor de la zoofilia y toda perversión sexual, desplegando a sus pies la alfombra roja en la Casa Blanca, incluso estrechándole la mano, para felicitarle por la notables beneficios que había conferido a la humanidad.
En una recepción celebrada dentro de la oficina oval para Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (LGBT), en junio de 2009, el presidente Obama felicitó a Frank Kameny, pionero de los derechos de los homosexuales y promotor de la perversión sexual, por sus destacadas contribuciones a la sociedad. “Estamos muy orgullosos de ti , Frank“, dijo, “y estamos muy agradecidos por tu liderazgo.” (Ver aquí)
Los Judios dominan la Industria del porno estadounidense: el caso de Reuben Sturman
Abordemos este tema desde otro ángulo haciendo una simple pregunta: ¿Qué grupo domina la promoción sistemática y la difusión de la pornografía en la sociedad? Por lo tanto, ¿Qué grupo puede ser considerado responsable de la contaminación de mentes al por mayor que se lleva a cabo a diario en las películas de Hollywood, programas de televisión, revistas, periódicos y publicidad?
Ahora examinemos esta cuestión con la mayor objetividad posible, basándose únicamente en los hechos y a partir de fuentes de la mayor reputación. Ninguna fuente podría ser más respetable que el historiador académico Dr. Nathan Abrams, autoridad mundial de la pornografía judía. Su artículo clásico sobre la dominación judía en la industria del porno, Triple-exthnics, fue publicado en la edición de invierno de 2004, de la prestigiosa Jewish Quarterly.
Desde 1890 en adelante, los principales vendedores del erotismo incendiario en América fueron Judios inmigrantes de origen alemán y de Europa del Este. En la posguerra, el pornógrafo más notorio de EEUU era un Judío: Reuben Sturman, conocido como el “Walt Disney del porno”.
A finales de la década de 1960, Sturman escaló hasta la primera posición como distribuidor de revistas para adultos, y para mediados de los años 70 era propietario de más de 200 librerías para adultos, incluyendo versiones actualizadas de la cabina Peepshow tradicional.
Ésta incluía un agujero en la pared de separación, a través del cual un pervertido introduciría su pene en erección, permitiendo a un individuo anónimo al otro lado practicar una felación discretamente y sin ser visto. El agujero en la pared, por alguna razón, se le llama “agujero de la gloria” (Glory Hole). Y su inventor fue prácticamente seguro un Judío degenerado asociado con Sturman y su fábrica de inmundicia.
Condenado por evasión fiscal y otros delitos, Sturman acabó muriendo en la cárcel en 1997, rodeado de sus propias revistas pornográficas. Su hijo David continuó la tradición familiar en la construcción de “Glory Holes” por todo EEUU para el deleite de millones.
Si me concentro aquí en los aspectos sórdidos de la mirilla no es por lascivia, lo que quiero es llamar la atención sobre el hecho de que Hollywood (dominado por Judíos), durante los próximos años creyó perfectamente legítimo presentar el agujero de la gloria en el hogar estadounidense medio, lo que incluye a los niños, como parte normal y saludable del entretenimiento familiar.
Las mismas personas que se esfuerzan tanto por sacar las lágrimas del público con películas del Holocausto, como La lista de Schindler, hacen también lo propio, al parecer, por contaminar sus mentes con películas como Sexdrive, Los asesinatos de mamá, Jackass 2: Todavía más, y otras excursiones en el mundo sórdido de la lujuria cloacal.
El entretenimiento familiar se ha reducido ahora a escenarios desagradables y obscenos como: mirones merodeando por los urinarios en busca de sexo, otros gimiendo en cabinas con los pantalones alrededor de los tobillos, lesbianas empujando sus pechos a través de agujeros hechos en las paredes de lavabos femeninos, voyeurs femeninos invadiendo los baños masculinos y observando a través de una mirilla -y otras abominaciones demasiado zafias como para mencionarlas (ver la lista aquí).
Vale la pena señalar que toda esta obscenidad continuó sin control, sin que el Gobierno estadounidense moviera un solo dedo para intervenir. No se hizo ningún intento por controlar a estos comerciantes o contenerlos en su defecación sobre los preciados valores de la América cristiana. Es casi como si las clases dominantes hubieran querido ver a sus “masas apiñadas” convertirse en pervertidos salivando.
La razón de esta actitud del “todo vale” para la desmoralización sistemática de la América cristiana no es difícil de identificar. Se encontraba claramente en el hecho de que la antigua élite de los Estados Unidos, los WASPs (White Anglo-Saxon Protestant), ya había capitulado frente a la creciente élite judía. Fueron envilecidos y corrompidos por la inmunda atmósfera mental en que vivían, una psicosfera creada por los medios de comunicación filo-semíticos y Hollywood. Difícilmente se puede esperar que estas víctimas de la decadencia moral puedan limpiar los repugnantes establos de EEUU, dado que ellos mismos se han acostumbrado a revolcarse en la misma inmundicia y despojos. Cuando los Buenos Pastores suben el arroyo sin remos, ¿qué esperanza hay para el buen rebaño?
El vínculo entre la pornografía y el crimen sexual
Según el rabino Samuel Dresner, un Judío ortodoxo nacido en 1923 en Chicago, los Judíos desarraigados que dirigían Hollywood y que estaban detrás de la lucrativa industria del porno eran todos “expoliadores de la moralidad y corruptores de la cultura.” De hecho, la historia judía para el Rabino Dresner era “una larga batalla contra la desviación sexual”. (Ver aquí y aquí)
En una entrevista con el psicólogo de la prisión, James C. Dobson, Bundy confesó el asesinato de más de un centenar de mujeres jóvenes. Atormentado por su eterna adicción a la pornografía, reveló cómo había alimentado su comportamiento compulsivo. “He vivido en la cárcel por un largo tiempo”, dijo, “y he conocido a muchos hombres que fueron motivados para cometer actos de violencia. Sin excepción, cada uno de ellos consumía abundante pornografía – profundamente “quemados” por su adicción.” (Ver aquí).
El asesino en serie homosexual Gary Bishop fue igualmente franco cuando reveló que el porno lo había convertido en un asesino sexual. “La pornografía fue un factor determinante en mi hundimiento“, admitió.
Tal vez la historia de el-porno-me-convirtió-en-un-asesino-sexual más escalofriante y convincente es la de Thomas Schiro de Evansville, Indiana, cuya obsesión por la pornografía desde la edad de seis años en adelante – acompañado por una masturbación compulsiva ,10-12 veces al día, lo llevarón cometer una ola de crímenes sexuales en la década de 1970 y principios de los 80. “Lo único que se mantuvo constante en la diapositiva de Schiro hacia la violación más extrema fue su constante uso de la pornografía”, informa el Dr. E. Michael Jones. “Fue el combustible que alimentó su obsesión.” (Libido dominandi, pág. 569).
En un mundo ideal, no habría necesidad ni lugar para la pornografía. La pornografía es un producto tóxico de la distopía.
Cualquier Gobierno que lo permita se encuentra bajo el dominio del mal.
Artículo Original: Masters of Porn: The Systematic Promotion of Sexual Deviance – The Occidental Observer, 06-06-2012
Traducción: AJudiada, 05-05-2014
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