miércoles, 11 de septiembre de 2013

MONSEÑOR PIETRO PAROLIN vs CÁNONES CELIBATO TRENTO




ARRANCA EL NÚMERO DOS DEL VATICANO…


mons_pietro_parolin“El celibato no es un dogma de fe en la Iglesia y se puede discutir”

Lo dijo el secretario de Estado designado, Pietro Parolin, al diario El Universal. Es un cambio en la posición de la Santa Sede.
Ha sido durante cuatro años el representante pontificio ante el gobierno de Venezuela. Y en el cumplimiento de varias misiones en todo el mundo ha desarrollado una rica experiencia diplomática. Pero a fines de agosto, el destino de monseñor Pietro Parolin cambió súbitamente luego de que el Papa Francisco lo eligiera como su “número dos” en el gobierno de la Santa Sede. Ayer, en una larga entrevista concedida a un diario de Caracas, el flamante secretario de Estado –cargo que asumirá en octubre próximo en reemplazo de Tarcisio Bertone– declaró que comparte “la obra de renovación que (el Papa) quiere hacer en el la Iglesia católica”. Pero también, con comentarios que rezuman franqueza y mesura, dejó abierta la puerta para que el Vaticano discuta el celibato de sus curas.
La declaración no ha de tomarse con ligereza. Es ésta la primera vez que el tema es planteado con tanta claridad y en forma pública por un alto funcionario del Vaticano.
El celibato “no es un dogma de la Iglesia y se puede discutir porque es una tradición eclesiástica”, dijo Parolin en respuesta a una pregunta del periodista Roberto Giusti del diario El Universal de Caracas.
En sus declaraciones, el prelado subrayó la necesidad de tener en cuenta la “continuidad” en el seno de la Iglesia que representa Jorge Bergoglio “porque a veces parece (y no sé si exagero) que el Papa Francisco va a revolucionarlo todo, a cambiarlo todo”.
Luego, Parolin aclara que hay dogmas de fe inamovibles, definidos e intocables, instituidos por Jesús, y que forman el elemento doctrinario esencial de la Iglesia. Pero también hay otros, creados por los hombres y, en tal carácter, susceptibles de cambios.
“(El celibato) no es un dogma de la Iglesia y se puede discutir porque es una tradición eclesiástica”, sostuvo el designado secretario de Estado de la Santa Sede.
La tradición se remonta a los primeros siglos de la Iglesia. Luego de su puesta en marcha, la idea del celibato se aplicó durante todo el primero milenio, aunque es a partir del Concilio de Trento (1545-1563) cuando se insistió mucho en eso.
“El esfuerzo que hizo la Iglesia para estatuir el celibato eclesiástico debe ser considerado. No se puede decir, sencillamente, que pertenece al pasado. Es un gran desafío para el Papa porque él posee el ministerio de la unidad y todas esas decisiones deben asumirse como una forma de unir a la Iglesia, no de dividirla. Entonces se puede hablar, reflexionar y profundizar sobre estos temas que no son de fe definida y pensar en algunas modificaciones, pero siempre al servicio de la unidad y todo según la voluntad de Dios. No es lo que me plazca sino de ser fieles a lo que Dios quiere para su Iglesia”.
-¿Y qué es lo que quiere?, le preguntó El Universal.
-Dios habla de muchas maneras. Debemos estar atentos a esta voz que nos orienta sobre las causas y las soluciones, por ejemplo, de la escasez del clero. Entonces hay que tomar en cuenta, a la hora de adoptar decisiones, estos criterios (la voluntad de Dios, historia de la Iglesia), así como la apertura a los signos de los tiempos”.
fuente : Radio Cristiandad 
Hoy estamos entre dos frentes entre la verdad y la mentira , la mentira de ciertas autoridades eclesiásticas que alegremente se jactan de maestros y quieren instruirnos según el espíritu modernista de querer re-interpretar la propia enseñanza divina de la Iglesia. Debemos estar siempre alertas aunque les caigan bien usar sotanas. Hay que ponernos de rodillas y implorar al Espíritu Santo para que desenmascare a los lobos disfrazados de ovejas.

Concilio de Trento

Can. 9. Si alguno dijere que los clérigos constituidos en órdenes sagradas o los regulares que han hecho profesión solemne de castidad, pueden contraer matrimonio y que el contraído es válido, no obstante la ley eclesiástica o el voto, y que lo contrario no es otra cosa que condenar el matrimonio; y que pueden contraer matrimonio todos los que, aun cuando hubieren hecho voto de castidad, no sienten tener el don de ella, sea anatema. Dios, en efecto, no niega este don a quienes se lo piden rectamente y no consiente que seamos tentados más allá de aquello que podemos [cf. 1 Cor 10, 13].

Can. 10. Si alguno dijere que el estado conyugal debe anteponerse al estado de virginidad o de celibato, y que no es mejor y más perfecto permanecer en virginidad o celibato que unirse en matrimonio [cf. Mt. 19, 11 s; 1 Cor. 7, 25 s 38  40], sea anatema.

Concilio de Trento, 24ª sesión (año 1563), cánones sobre el sacramento del matrimonio, 9-10. En: Denzinger, H. - Hünermann, P. El Magisterio de la Iglesia. Enchiridion Symbolorum, definitionum et declarationum de rebus fidei et morum.Barcelona; Editorial Herder 2000, 2ª edición,  nn. 1809-1810.






No hay comentarios:

Publicar un comentario