lunes, 22 de febrero de 2016

EL CARDENAL RAVASI Y SUS HERMANOS MASONES


El Cardenal Ravasi, responsable de Cultura del Vaticano, escribe una carta abierta a “los hermanos masones” en la que pide superar “esa actitud de ciertos ambientes integristas católicos que han recurrido al arma de la acusación categórica de la pertenencia a la masonería”.
En una carta abierta en el diario italiano Il sole 24, el Cardenal Ravasi, responsable del Pontificio Consejo para la Cultura, se dirige a los “queridos hermanos masones” pidiéndoles superar años de enfrentamiento.
“Puentes y no muros”. Son las palabras que habrán resonado en la conciencia del biblista italiano Gianfranco Ravasi, elegido por Benedicto XVI para el encuentro con las demás religiones en aquella creación llamada “Atrio de los Gentiles”. Ahora no solamente dialoga con las religiones, sino que tiende puentes hacia una sociedad secreta destructiva y anticristiana, la masonería.
El artículo no cuestiona las diversas declaraciones de incompatibilidad por parte de la Iglesia Católica de una doble membresía, pero añade que estas “no impiden, sin embargo, el diálogo”. El cardenal Ravasi hace un llamamiento a superar las actitudes de “ciertos ambientes católicos integristas” y pide “ir más allá de la hostilidad, los insultos, y los prejuicios recíprocos”.
El Gran Maestro del Grande Oriente de Italia, Stefano Bisi, ha realizado ya una valoración del artículo del cardenal, que sólo ha sido difundido hasta ahora en italiano. “Me alegra saber que ha hablado de la Masonería sin prejuicios y con la amplia visión cultural que lo caracteriza, y que, más allá de las aclaraciones y de la posición oficial y escrita de la Iglesia ampliamente conocida, ha reconocido, sin ideas preconcebidas, que entre estas dos realidades existen también valores comunes que nos unen y que, sin embargo, no anulan los diferentes puntos de vista y las marcadas diferencias”, dijo.
Por su parte, la masonería española saca pecho de lo que considera un “avance”. En el boletín que envían a la prensa semanalmente, la Gran Logia de España señalan que “el Vaticano llama a un diálogo con la Masonería basado en los “valores comunes”.
La pertenencia a la masonería es para quien pertenece a la Iglesia Católica situación de pecado grave.
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¿Quién es Gianfranco Ravasi?
Gianfranco Ravasi nació cerca de Milán el 18 de octubre 1942, su madre era una maestra de escuela y su padre un funcionario de Hacienda que sirvió en Sicilia durante la Segunda Guerra Mundial, pero más tarde desertó y desapareció durante 18 meses. Ravasi comentó en una ocasión que la ausencia de su padre en una etapa crucial de su vida pudo ser uno de los factores que le atrajeron hacia Dios Padre y la religión, en su búsqueda de permanencia y de seguridad.
Comenzó a aprender el griego después del quinto año de escuela primaria, por sí mismo, porque lo atraían demasiado – dice – “aquellas 64327 palabras que componen los cuatro Evangelios en lengua original”. Después vino el hebreo, y después una docena de otras lenguas antiguas y modernas.
Muy joven Ravasi decidió unirse al sacerdocio, en lugar de enseñar griego y latín clásicos, como había sido su deseo original. Estudió en el seminario de Venegono. Fue ordenado sacerdote el 28 de junio de 1966 y después la diócesis de Milán lo mandó a completar los estudios al Pontificio Instituto Bíblico, donde enseñaba su futuro arzobispo Carlo Maria Martini.
FUENTE . http://www.infovaticana.com/
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sábado, 13 de febrero de 2016

DRESDE BAJO EL FUEGO INFAME ALIADO

LA DESTRUCCIÓN DE DRESDE, UN VERDADERO HOLOCAUSTO

13 DE FEBRERO DE 2016
El 13 de Febrero, recordamos a los ASESINADOS por la Democracia en 1945.
En menos de 3 horas fueron literalmente freídos más de 300.000 Alemanes en la Ciudad Hospital, Ciudad de Refugiados, Ciudad Abierta, Ciudad INDEFENSA de Dresde, 4.000 TONELADAS de Democracia & Libertad en forma de bombas incendiarias, de fósforo y de alto explosivo fueron las que provocaron la LIMPIEZA ÉTNICA & el HOLOCAUSTO más rápido de la historia.
Ilya Ehrenburg, jefe de propaganda del ejército soviético
Ilya Ehrenburg, jefe de propaganda del ejército soviético
“Si no pueden matar a un alemán con una bala, mátenlo con la bayoneta. Si hay calma en su parte del frente o esperar la lucha, maten un alemán mientras tanto. Si ustedes dejan a Alemania viva, los alemanes colarán a los rusos y violarán a las rusas. Si matan un alemán maten a otro –no hay nada más divertido para nosotros (los judios) que un puñado de cadáveres alemanes. No cuenten los días ni los kilómetros, cuenten solo el número de alemanes muertos por ustedes. Maten al alemán –esa es la solicitud de sus abuelas ¡maten a los alemanes!- esa es la oración de sus niños. ¡Maten a los alemanes! –su patria les pide. No fallen, no desistan ¡Maten!”
— Ilya Ehrenburg (judío), Julio 7 de 1943.
El puñado de cadáveres alemanes luego del terrorista bombardeo a Dresde, el Sr. Ehrenburg debe estar complacido
El puñado de cadáveres alemanes luego del terrorista bombardeo a Dresde, el Sr. Ehrenburg debe estar complacido
Holocausto = olokaustos (ὁλόκαυστος: de ὁλον, ‘completamente’, y καυστος, ‘quemado’), en pocas palabras destrucción por fuego. El holocausto fue ALEMÁN, NO judío.
Los criminales bombardeos de Dresde también conocidos como la Masacre de Dresde, se llevaron a cabo hacia el final de la Segunda Guerra Mundial por parte de la Real Fuerza Aérea de Gran Bretaña y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Con esos dos nombres se suele hacer referencia a los cuatro ataques aéreos consecutivos que se realizaron entre el 13 y el 15 de febrero de 1945, apenas doce semanas antes de la capitulación de Alemania. 
BOMBAS INCENDIARIAS 
Durante los mismos, entraron en acción la increíble cifra de más de mil bombarderos pesados, que dejaron caer sobre la “Florencia del Elba” cerca de 4.000 toneladas de bombas altamente explosivas y dispositivos incendiarios, arrasando gran parte de la ciudad y desencadenando una tormenta de fuego que consumió el centro histórico de la misma.
El segundo ataque, mayormente con bombas incendiarias de termita, se programó para tres horas más tarde de modo tal que los bomberos (que arribarían también de otras ciudades para apagar el fuego) resultasen víctimas del ataque. No hubo ninguna oposición en absoluto. Ningún caza alemán y ningún fuego antiaéreo.
Antes del alba, se produjo un tercer ataque con casi 150 mil bombas incendiarias y bidones de fósforo, para activar la horrorosa pira. Los cazas escoltas tenían la instrucción de descender al nivel de los tejados y barrer “blancos de oportunidad”. Abrieron fuego sobre masas de gente que atestaban las rutas fuera de Dresden y sobre cualquier cosa visible. Un grupo de niños, del famoso coro de la Iglesia de Kreuzkirche, fue masacrado en la calle del zoológico. Prisioneros de guerra británicos, que habían sido puestos en libertad ya que sus campos de internación estaban ardiendo, fueron ametrallados también.
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CIUDAD ABIERTA 
Dresde (Dresden, en alemán) era una ciudad de Alemania ubicada a 120 km. del frente del Este y albergaba a 800 mil refugiados que huían del avance soviético de Zhukov. Dresden, la hermosa y culta capital de Sajonia, fue declarada durante la Segunda Guerra Mundial, como ciudad abierta, ciudad blanca, ciudad hospital, es decir, no albergaba tropas, ni poseía fábricas de guerra, ni objetivos militares de ninguna clase. No poseía siquiera artillería antiaérea, pues había sido llevada al frente del Oder.
El número de víctimas varía enormemente en función de la fuente, pero la línea mantenedora de la historia oficial, lo sitúa entre 18.000 y 35.000 muertos. Por su parte, otros sectores, como la revista bimensual The Barnes Review o el historiador revisionista David Irving manejan cifras de hasta por encima de los 200.000 fallecidos.
El bombardeo de Dresde sigue siendo uno de los episodios más infames de la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad ya no hay ninguna duda de que la capital sajona no era un objetivo de interés estratégico tal y como aseguran fuentes militares Aliados. Al contrario, el bombardeo fue una represalia desproporcionada e indiscriminada, o incluso si pudo tratarse de un crimen de guerra.
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TRASFONDO Y FINES DEL ATAQUE AÉREO 
A principios del año 1945, cuando el final de la guerra ya estaba cerca, los aliados acordaron realizar un golpe decisivo en la guerra contra Alemania. Los países occidentales habían alcanzado en noviembre de 1944 el río Rin, el ejército soviético había penetrado a finales de enero en la región del Gran Berlín atravesando el río Óder y por el Sur se disponía a la conquista de Silesia. Desde el Este, millones de refugiados llegaban a Alemania Central. Unidades aisladas del ejército alemán intentaban reagruparse de alguna forma a lo largo del variable frente, mientras el ejército soviético se preparaba en febrero y marzo para lanzar el ataque final sobre Berlín. Por el Oeste el proyecto de los Aliados consistía en llegar a la cuenca del Ruhr.
Por aquellas fechas la clara superioridad aérea del ejército aliado se utilizaba para preparar un ataque decisivo que permitiera la ocupación de Alemania. Las ofensivas se desarrollaban en todos los frentes, dirigidas a objetivos militares, de comunicación, administrativos y a lugares esenciales de producción, así como a minar la moral de la población. Con este fin, en los últimos meses de la guerra se llevaron a cabo incontables bombardeos sobre las ciudades alemanas, tanto grandes como pequeñas, hasta dejar algunas de ellas convertidas en escombros.
Durante el verano de 1944, el alto mando aliado ya había barajado la posibilidad de atacar por aire las ciudades del este de Alemania bajo el nombre en clave de Operation Thunderclap, pero el proyecto se había archivado el 16 de agosto. En enero de 1945, la Oficina de Inteligencia británica decidió reabrir la operación, al considerar que el ejército alemán podría cambiar la posición de 42 divisiones en el Frente Oriental. De este modo, la Royal Air Force modificó sus planes y Dresde, junto con Berlín, Chemnitz y Leipzig, se convirtió en un objetivo militar de primer orden.
En la Conferencia de Yalta, que tuvo lugar del 4 al 11 de febrero de 1945, los aliados, a petición de los soviéticos, acordaron llevar a cabo nuevos ataques aéreos en la zona oriental y por lo tanto sobre Dresde. Tenían que acabar con un nudo de comunicaciones y un centro productivo de primer orden situado en la retaguardia del Frente Oriental para impedir en lo posible la reubicación de tropas y la llegada de refuerzos a la vanguardia. Al mismo tiempo, los bombardeos tenían el propósito de evitar que el Ejército Rojo sufriese contraataques que demorasen su avance.
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BOMBARDEO INÚTIL 
El informe que la RAF distribuyó a sus pilotos la noche del ataque decía lo siguiente:
“Dresde, la séptima ciudad más grande de Alemania y no mucho menor que Manchester, es también el área urbanizada sin bombardear más extensa que tiene el enemigo. En pleno invierno, con refugiados esplazándose en masa hacia el oeste y tropas que necesitan descanso, los tejados escasean, no sólo para dar cobijo a trabajadores, refugiados y tropas por igual, sino para albergar los servicios administrativos que se han desplazado desde otras zonas. Antaño famosa por sus porcelanas, Dresde se ha convertido en una ciudad industrial de importancia prioritaria. […] Las intenciones del ataque son golpear al enemigo donde más lo sienta, en la retaguardia de un frente a punto de desmoronarse […] y enseñar a los rusos cuando lleguen de lo que es capaz el Comando de Bombarderos de la RAF
— Ross, Strategic Bombing by the United States in World War II, McFarland 2003, pág. 180.Y Longmate, The Bombers, Hutchins 1983, pág. 333.
Curiosamente, las principales zonas industriales de la periferia, que tenían una extensión enorme, no fueron bombardeadas. Y si, las zonas centrales repletas de civiles inocentes. De acuerdo con Donald Miller:
“El trastorno económico habría sido mucho mayor si el Comando de Bombarderos se hubiese fijado como objetivo las áreas del extrarradio donde se concentraba la mayor parte de la capacidad industrial de Dresde”. Otros académicos sostienen que, en cualquier caso, “las plantas industriales de Dresde ya no desempeñaban un papel significativo en la industria militar alemana en esta fase de la guerra”. En la misma línea, el punto de vista revisionista reconoce que gran parte de las industrias estaban alejadas de la zona que fue bombardeada y que no constituía de ningún modo un objetivo “industrial, estratégico o militar de primer orden”.
— Irving, The Destruction of Dresden (re-edición 2006), p. 73 en adelante.
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SIETE DÍAS
Dresde ardió durante siete días, de acuerdo al diario de un prisionero de guerra inglés que se hallaba allí. Durante varios días después del ataque, Dresde se mantuvo cubierta por una niebla de humo y hollín. Y una constante lluvia de cenizas, húmedas y negras, cayó sobre la campiña circundante.
De toda la provincia partieron inmediatamente convoyes transportando provisiones. En la ciudad los esperaban escenas increíblemente macabras. Dos trenes, repletos de niños evacuados, habían recibido impactos directos. Los cuerpos de los pequeños se hallaban apilados, en montículos, en el patio de la estación. Seiscientos refugiados, que habían buscado cobertura en el sótano abovedado de la estación, resultaron muertos. Cien de ellos murieron quemados vivos por las bombas incendiarias y el resto pereció asfixiado por las emanaciones y el humo.
De los 19 hospitales más importantes de Dresde, 16 resultaron dañados y 3 totalmente destruídos. En la escuela de Vitzhum, que estaba siendo usada como hospital de emergencia, sólo 200 de los 500 pacientes resultaron evacuados a tiempo. Los 300 sin evacuar murieron en sus lechos. En la maternidad de Johannstadt resultaron muertas 200 personas, pero sufrieron tantas y tan horribles mutilaciones que sólo 138 pudieron ser identificadas. Muchas de las víctimas estaban tan achicharradas y carbonizadas que, literalmente, hubo que despegarlas del asfalto derretido y palear sus restos. Muchos cuerpos habían quedado reducidos por el fuego a menos de la mitad de su tamaño normal.                                                                                   
Desde el fin de la guerra el número de fallecidos en el bombardeo de Dresde ha sido objeto de constante revisión por parte de la comunidad académica. Las cifras exactas son difíciles de determinar. Los cálculos cuentan con la dificultad añadida de que, la ciudad, que en 1939 tenía una población de 642.000 habitantes, estaba en el momento del bombardeo atestada con cerca de 200.000 refugiados y miles de soldados heridos.
El nacionalismo alemán defiende la cifra del cuarto de millón de muertos, como en el artículo de Thomas Brehl, político y cofundador de la organización Kampfbund Deutscher Sozialisten. Esta es una cantidad superior inclusive a las de otros bombardeos aliados contra ciudades del Eje, como Tokio (100.000 muertos) o el Bombardeo de Hamburgo (Operación Gomorra) de casi 40.000 muertos.
Es un lugar común, de ámbito y vigencia prácticamente universal, que cuando se alude a grandes desastres sufridos por las poblaciones civiles en el transcurso de la II Guerra Mundial, inmediatamente, en el subconsciente de la gran mayoría de las gentes, se recuerdan los nombres de las dos ciudades japonesas, Hiroshima y Nagasaki, que fueron blancos inocentes, gratuitos y estúpidos de las bombas atómicas que mandó lanzar sobre ellas el presidente americano Harry Salomon Schippe Truman (Ver: Bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki).
Desgraciadamente, los devastadores efectos de los dos criminales bombardeos sobre aquellas ciudades japonesas fueron superados, de una sola tacada, por uno de los personajes más injustamente prestigiosos de la Historia moderna: el Honorable Sir Winston Churchill, que ordenó el bombardeo de Dresde.
En aquella hermosa ciudad de Sajonia, antaño denominada “la Florencia del Norte”, el día 13 de febrero de 1945, los aviones Aliados, ingleses y norteamericanos, bombardearon repetidamente la ciudad hasta destruirla por completo. No contentos con ello, el siguiente día, 14 de febrero, los cazas descendieron para ametrallar todo lo que aún se movía; ni los animales del zoológico se libraron de la vesania de los “Cruzados de la Democracia”.
Según los cálculos del Jefe de la Policía de la ciudad, hubo más de un cuarto de millón de muertos, es decir, casi unos cincuenta mil más que en las dos ciudades japonesas víctimas del bombardeo nuclear. Esa cifra fue confirmada por el escritor inglés F. J. P. Veale. En cualquier caso, se hizo muy difícil evaluar el número de muertos ya que, aparte de los civiles —mujeres, ancianos y niños que residían en la ciudad—, no se podrá calcular nunca con cierta exactitud el número de decesos, pues entre los que murieron calcinados hubieron muchísimos civiles recién llegados de los territorios del Este de Alemania que huían ante el avance del Ejército Rojo que cruzaba en esos días las fronteras del Reich a sangre y fuego (Ver: Expulsión de alemanes tras la Segunda Guerra Mundial). Dresde era una ciudad sin ningún objetivo militar digno de mencionar, ni ninguna industria importante que ni remotamente pudiera utilizarse para fines bélicos. Era, prácticamente, una ciudad-hospital, y —por así decirlo— una base de tránsito para el transporte de prisioneros (de hecho fallecieron en el bombardeo cientos de aviadores británicos y norteamericanos que trabajaban en la ciudad) y de civiles evacuados que buscaban refugio en la ciudad ante el avance de las tropas soviéticas.
En realidad, el caso de Dresde sólo es único por su magnitud. Hubo centenares, miles de bombardeos que —aunque calificados por la propaganda bélica británica de “strategical bombing” — no tenían otro objetivo que tratar de minar la moral de la población alemana y forzar, de manera particularmente torticera, la rendición del III Reich.
En el libro que tienes en tus manos, lector amigo, podrás ver, en facsímil, el documento secreto, desclasificado recientemente, dirigido por el General Ismay, de la R.A.F., al Primer Ministro Churchill, desaconsejándole, por inútil, costoso e inhumano, el llamado bombardeo estratégico, que otros ingleses, como el Comodoro del Aire, MacLean y el citado historiador F.J.P. Veale, calificaron de bombardeos “terroristas”.
Churchill fue desmentido por sus propios subordinados militares. Y lo más grave, es que la excusa de que el bombardeo de Dresde había sido solicitado por los soviéticos para facilitar su progresión en territorio alemán también fue desmentida por los propios servicios del “Viejo Tío Joe”, como llamaban Churchill y su compadre Roosevelt al sanguinario Zar Rojo Stalin.
— Prólogo de Joaquín Bochaca del libro “La destrucción de Dresde. El verdadero holocausto”, de David Irving
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Adolf Hitler
“No es cierto que yo, o alguien más en Alemania, quisiera la guerra en 1939. Fue deseada e instigada exclusivamente por esos hombres de estado quienes han sido judíos o han trabajado para intereses judíos. He hecho muchas ofertas para el control y limitación de armamentos, las cuales no podrán ser olvidadas por la posteridad, para que la responsabilidad del inicio de la guerra sea echada sobre mí…
También quiero que nadie tenga ninguna duda, que esta vez han logrado que no sólo millones de niños arios en Europa mueran de hambre; hombres jóvenes han sufrido la muerte y no solo cientos de miles de mujeres y niños han sido bombardeados e incinerados hasta morir en las ciudades, sin que los verdaderos criminales hayan expiado su culpa, ni siquiera por medios humanos.
No puedo abandonar la ciudad que es la capital de este Reich… al permanecer en esta ciudad quiero compartir mi destino con los otros millones de hombres que han decidido hacer lo mismo… Por tanto he decidido permanecer en Berlín y libremente escoger la muerte en el momento que yo crea que la posición del Führer y la propia Cancillería, no pueda ser más defendida…
Muero con el corazón feliz, consciente de los incalculables legados y logros de nuestros soldados en el frente, de nuestras mujeres en casa, los logros de nuestros campesinos y obreros en su trabajo, y la contribución única en la historia, de las juventudes que llevan mi nombre. A ellos, desde el fondo de mi corazón, les expreso mi gratitud”
— Testamento Político de Adolf Hitler, Dado en Berlín, el 29 de Abril de 1945 a las 04:00 AM.
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Bernard Lecache (Judio)
“Alemania es nuestro enemigo público número uno. Es nuestro objetivo el declarar la guerra sin piedad contra ella. Uno puede estar seguro de esto: Vamos a liderar esa guerra”
– Bernard Lecache, presidente de la “International League Against Racism and Anti-Semitism”, en su periódico “Droit de Vivre” (Derecho a la Vida), 9 de noviembre de 1938.

Fuente :https://eccechristianus.wordpress.com/2016/02/13/la-destruccion-de-dresde-un-verdadero-holocausto/


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VÍDEOS SOBRE HEREJÍAS DE FRANCISCO

 

II) Videos objetivos de algunas herejías de Francisco.       Pág. 1
    1.SERVIDOR DEL ANTICRISTO, FRANCISCO. Jorge Mario Bergoglio 

Judas verso 7
Sodoma y Gomorra habiendo fornicado he ido  con vicios contra la naturaleza (homosexuales) fueron puestos por ejemplo, 
sufriendo el castigo del fuego eterno
Levítico 18,  22:  
No te acostarás con varón como con mujer, es abominación.
 
San Pablo: 1ª Carta a los Corintios  6,  9-10
 
No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idÓlatras, ni los homosexuales heredarán el Reino de DIOS.
 
Los masones y banqueros mundiales  (judaísmo internacional sionista), la O.N.U. promueven leyes anti-naturales y anti-cristianas
Con el propósito de destruir la humanidad 
por medio de la reducción y auto programa: genocidio.
Francisco como jefe de la Iglesia Católica  
HA TRAICIONADO A CRISTO Y A SU EVANGELIO,
Aprobando la homosexualidad indirectamente, incluso entre el clero.
 
    2.Rabino Skorka anunciando al anticristo 
          aplaudido por FRANCISCO. Jorge Mario Bergoglio 

 

    3.Papa Francisco Evangelizar sin catolicismo 

 

    4.Francisco y la indiferencia hacia la educación católica 


 
¿Qué debemos y podemos hacer los fieles  Católicos?     (Favor  de abrir archivo adjunto …Apéndix)
Responsables de la recopilación:  Católicos de siempre
 
5. Conmovedor el vídeo del Papa de este mes, los peces, los árboles, la basura, la ecología, precioso todo, lástima que A DIOS NO SE LE MENCIONA NI UNA SOLA VEZ. Un vídeo magnífico si fuera con la firma de Coca-Cola, pero ¿de un Papa?
“¿De qué le servirá al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? 
¿O qué dará el hombre a cambio de su alma?” (Mt 16, 26)
>
De los mensajes de “Católicos de Siempre”

Fuente  . AMOR DE LA VERDAD https://moimunanblog.wordpress.com/2016/02/12/videos-sobre-herejias-de-francisco/

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jueves, 11 de febrero de 2016

ASESINADO POR LOS COMUNISTAS : CARDENAL STEPINAC



Fuente : Complot contra la Iglesia.

10 DE FEBRERO DE 1960 ES ASESINADO POR LOS COMUNISTAS EL CARDENAL STEPINAC.
VÍCTIMA DE IOSIPH BROZ ALIAS "MARISCAL TITO"..
En mayo de 1945, ya terminada la Guerra Mundial, su nación fue incorporada por la fuerza a Yugoslavia, aboliendo todos los derechos humanos y obligándolos a renunciar a sus creencias.
Para dominar a este pueblo Croata fiel a su religión, el Mariscal Tito le propone a Stepinac, que gozaba de gran prestigio, que se separe de Roma y forme una nueva iglesia.. Le pide que forme la "Iglesia Nacional", dependiente de la autoridad comunista, dándole poderes y riquezas. Pero no pudo tentar a un hombre íntegro desde la cuna y que había jurado fidelidad al Papa.
No pudieron doblegarlo y tampoco pudieron callarlo ya que seguía denunciándolos públicamente.
Pronto comienza la persecución religiosa y el Arzobispo Stepinac carga sobre sus hombros la defensa del rebaño católico a él confiado, permaneciendo firme en la defensa de "los derechos divinos de la Iglesia" y denunciando públicamente el asesinato de sacerdotes por militantes comunistas.
El Cardenal Alojzije Stepinac nació el 8 de mayo de 1898 en un pequeño pueblo de Croacia llamado Krasic. Sus padres, campesinos humildes, lo educan en la verdad y en el amor a la vida. Cuando era aún joven, Alojzije, decide consagrar su vida al servicio de Dios. Los tiempos no eran fáciles. Europa había pasado la primera Guerra Mundial y todos conocían el hambre, la desolación y la pérdida de los valores fundamentales.
El 26 de octubre de 1930, a los 32 años de edad, Stepinac es ordenado sacerdote en Roma. Tan solo 4 años después, es consagrado Arzobispo, con derecho a la sucesión para la ciudad de Zagreb. Asi se convirtió en el Arzobispo mas joven de toda la Iglesia en el mundo. Ese cargo lo asumió por mérito propio. Tenia 36 años pero se destacaba por defender los derechos de todos los que sufrían, sin importarle su religión, su bandera, o color de piel.
También se destacó como defensor de su patria, atacada por todos los frentes y todos los sectores. Durante la cruenta Segunda Guerra Mundial, protegió a los perseguidos y necesitados, levantando la voz cuando había una injusticia, sin preocuparle las consecuencias.
Dar de comer a las familias de su tierra castigada por el hambre, por defender su territorio, fue una preocupación de este hombre de Dios, pero que también conocía las necesidades de los hombres.
El 22 de septiembre de 1945, siendo presidente de la Conferencia Episcopal yugoslava, inspira la carta pastoral colectiva de los Obispos en la que se declara que la Iglesia no puede y no debe renunciar a "la plena libertad de la prensa católica, la plena libertad de las escuelas católicas, la plena libertad para enseñar el catecismo en los cursos básicos y medios, la plena libertad para las asociaciones católicas y para su acción caritativa, la plena libertad de la persona humana y el respeto de sus derechos inalienables, el pleno reconocimiento del matrimonio católico y la restitución de todas las instituciones y propiedades de la Iglesia expropiadas".
El régimen comunista teme a la gigantesca figura moral de Mons. Stepinac y evita en un primer momento un choque frontal, optando por lanzar una larga campaña de difamación a través de los medios de comunicación y de hostilidad policial de su persona.
Consigue escapar ileso a un intento de asesinato. Un año después, en 1946, es arrestado. El 30 de septiembre de ese año se inicia un fraudulento proceso judicial en su contra. Formaron un absurdo tribunal e iniciaron un juicio que reprochó el mundo entero. A los defensores, nombrados por el gobierno se les otorgó seis días para examinar el caso. Los fiscales se tomaron mas de un año. A la defensa se le autorizó presentar 20 testigos de los cuales a 14 no se les permitió presentarse. Los fiscales tenían un numero ilimitado de testigos. La defensa no podía interrogarlos, pero sí los acusadores. A los abogados defensores se les permitió exponer sólo en 20 minutos, los acusadores tenían 2 días .
El 3 de octubre Mons. Stepinac pronuncia ante el tribunal un valiente discurso en el que acusa al régimen comunista por sus injusticias, por sus crímenes y por el cercenamiento de los derechos de Dios, de la Iglesia y de los hombres. El prelado afirma con admirable entereza: "Estoy preparado para dar mi vida en cualquier momento", "no pido clemencia pues mi conciencia está en paz". El tribunal, en vergonzosa resolución, lo sentencia a 16 años de trabajos forzados.
La respuesta de Stepinac fue: "Yo se cual es mi deber.Con la Gracia Divina lo cumpliré hasta el final, sin odio contra nadie, pero también sin miedo a nadie".
Toda la prensa mundial condenó a los jueces y al gobierno. ¿Cómo demostrar que es culpable aquel que merece el elogio universal? Después se supo de varios testigos que fueron encontrados torturados y otros muertos. Entonces presionaron a su madre para hacerlo callar. Esta se dirigió al jefe de policía exclamando:
"¡Cómo el Arzobispo fue siempre toda bondad! ¿ Por qué presiona a mi hijo para que mienta?" Cuando terminaron torturándola dijo entre llantos:"Precisamente yo, tu madre te prohíbo decir lo que te piden. Piensa en tu alma y cállate, no digas una sola palabra". Luego ella murió en un campo de concentración como mártir, silenciosa al igual que su otro hijo, hermano de Stepinac, que al dia de hoy permanece desaparecido.
El 19 de octubre de 1946 es internado en la terrible prisión de Lepoglava. "Me lo han quitado todo", exclama, "menos una sola cosa: la posibilidad de alzar mis brazos al cielo como Moisés".
El 29 de noviembre de 1951, el Papa Pio XII lo ordenó Cardenal estando preso en la cárcel. "La púrpura cardenalicia significa la disposición de ofrecer inclusive la sangre", es el comentario del nuevo Purpurado, manifestando así su decisión de perseverar en la fe hasta el martirio.
Como seguía defendiendo a su patria y a los derechos de los pobres, y como no se lo podía matar porque toda la iglesia seguía su martirio, decidieron torturarlo silenciosamente. En la celda contigua instalaron unos aparatos de rayos x para radiarlo todas las noches y de esta forma debilitarlo poco a poco hasta provocarle una muerte dolorosa.
Siguiendo el modelo de Cristo, soportó sin odio todo su martirio, ofreciendo su dolor por su pueblo.
Transcurrieron los años. La injusticia cometida contra el Arzobispo de Zagreb va quedando patente de tal manera, a los ojos de sus compatriotas y del mundo entero, que el 5 de diciembre de 1951 sus carceleros deciden trasladarlo a su parroquia natal, Krasic, donde vivirá en régimen de prisión domiciliaria hasta su muerte.
Desde Krasic, ejercerá una acción apostólica de dimensiones colosales, a través de más de 5.000 cartas y mensajes clandestinos, confirmando en la fe al rebaño católico en toda la ex Yugoslavia, denunciando las tácticas del comunismo para volver atea la sociedad civil y alertando firmemente contra aquellos sacerdotes que tristemente deciden colaborar con el régimen.
El 10 de noviembre de 1955 escribe proféticamente, al referirse a las persecuciones comunistas y al triunfo final de la Iglesia y de la civilización cristiana: "Presenciamos la mayor persecución contra la Iglesia que jamás haya habido. Tenemos el derecho de concluir, por tanto, que sobrevendrá el mayor triunfo de la Iglesia en toda su historia". El 3 de octubre de 1956 añade en el mismo sentido:
"Estoy vivamente confortado por el hecho de que la devoción a la Santísima Virgen María, que posee hondas raíces en nuestro pueblo, crece en la medida en que se acentúa la persecución del comunismo satánico".
En mayo de 1959, pocos meses antes de su muerte, el Cardenal Stepinac corona en su prisión domiciliaria una imagen de la Virgen de Fátima que le es enviada por S.S. Pio XII. La escena resulta altamente simbólica, pues el santo Cardenal tiene la certeza del aplastamiento final del "comunismo satánico" y de que sobrevendrá una esplendorosa "era marial": "Aquello que rezamos y proclamamos sobre la Madre de Dios --'Tú sola aplastaste todas las herejías en el universo entero'-- será nuevamente una realidad, en su pleno esplendor" (carta del 27 de septiembre de 1958)
Pudieron matarlo un 10 de febrero de 1960, pero no pudieron doblegarlo ni callarlo. Antes de morir declaró:
"Al pueblo Croata en cuyo seno nací, he tratado de serle útil hasta donde me fue posible y ahora, en la hora de mi muerte, cuando las cosas se ven de un modo diferente que en otros momentos, le encomiendo encarecidamente que permanezca siempre firme a su Santa fé católica y fiel a la Sede Apostólica de Pedro".
En mayo de 1959, pocos meses antes de su muerte, el Cardenal Stepinac corona en su prisión domiciliaria una imagen de la Virgen de Fátima que le es enviada por S.S. Pio XII, CONCENCIDO DE QUE HABRÁ UN TRIUNFO SOBRE EL "COMUNISMO SATÁNICO"..
Sus restos descansan, ahora en su patria, Croacia, en la Catedral de Zagreb a la que nunca pudo ingresar como cardenal, con un epitafio que reproduce sus propias palabras :
"ODIAR LA INJUSTICIA Y AMAR LA JUSTICIA, ESTO HA SIDO MI REGLA"
EL "MARISCAL" TITO TIENE UN MAUSOLEO EN BELGRADO:
Como consecuencia de la “Ostpolitik”, las barreras doctrinarias entre católicos y marxistas se pulverizaron. Autoridades eclesiásticas dejaron de rechazar el comunismo; episcopados enteros apoyaron los proyectos socialistas en Occidente durante la década los 70, 80 e incluso los 90.
PABLO VI RECIBIÓ AL MARISCAL TITO EN EL VATICANO EN 1967.

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EL CAMINO NEOCATECUMENAL AL DESCUBIERTO : HEREJÍA MODERNISTA


El “fondo” secreto de las comunidades neocatecumenales
La opinión aproximada que, de oídas, tenía de estas comunidades era parcialmente favorable, considerando que se trataba de grupos benéficamente activos y voluntariosos, aunque un poco autónomos y un poco fijados en algunas originalidades litúrgicas. Pero el análisis exhaustivo que he podido realizar, por desgracia, me ha revelado un cuadro bien distinto y gravísimo. He podido estudiar atentamente un mamotreto de 400 páginas, que contiene las “orientaciones” para los catequistas, extraídas “de grabaciones de los encuentros con Kiko y Carmen para orientar a los catequistas de Madrid en febrero de 1972”. La historia, finalidad, doctrina y praxis del Camino se encuentran condensadas en este mamotreto de un modo más auténtico.
Todas las citas entre comillas las he copiado exactamente de este volumen, pero sin  indicar el número de página, por tratarse de afirmaciones reiteradas a menudo y por no tratarse de un  libro (dactilografiado y mimeografiado ) normalmente replicable.
Se trata, de hecho, de un texto reservado a los catequistas, que no se cede a ningún otro. He podido tenerlo y fotocopiarlo sólo mediante un estratagema. Ya aquí se vislumbra esta cualidad negativa de las comunidades: el secreto, el esoterismo. Se lee repetidamente: “no digáis nada de estas cosas”; “lo que os digo no es para que lo digáis a la gente, sino para que vosotros lo tengáis de fondo, como base”. Pero es justamente este fondo, esta base lo que resulta inadmisible. De ahí que los neocatecúmenos  y sus superiores eclesiásticos (a los cuales los catecumenales demuestran tanta obediencia), al no ser iluminados acerca de tal “fondo”, resultan engañados. Y se trata, como demostraré, de graves desviaciones doctrinales y prácticas.
Tonos carismáticos y métodos fanatizantes
En  el cuadro dolorosamente estático de ciertas parroquias los grupos catecumenales, con su actividad semanal (reuniones bíblicas, preparadas por algunos miembros, por turnos, y una larga reunión eucarística), con los intercambios de experiencias y el refuerzo comunitario de las reuniones de convivencia mensual, con el programático adiestramiento sobre soportar al prójimo y el desprendimiento de los bienes, con la confesa perspectiva de encontrarse sólo en camino de “conversión” para proseguir en el “pre-catecumenado” y en el “catecumenado” (camino de siete años- o veinte o más, en la actualidad), tales grupos, dicen, dan una buena impresión de empeño y fervor.
Pero, en realidad, ¿es fervor o fanatismo? ¿Es fruto de gracia o de plagio? Kiko sigue adelante: “No se trata, dice, de plagiar a nadie”, porque no os hacemos un lavado de cerebro a través de razonamientos”. En este caso tal “lavado” y el “plagio” derivan, justamente de la misma falta de razonamientos claros y de la fuerza del bombardeo de afirmaciones drásticas, sugestionantes, de tono carismático. Además de las obvias diferencias de contenido, es con tales métodos sugestionantes y con la radical imposición de una guía con fuerte autoridad, que ha sobrevenido en América el plagio de masas, movimientos pseudorreligiosos subyugadores y advenedizos movimientos pseudorreligiosos y sociales, hasta que  el último de Jim Jones (el “Templo del pueblo”)terminó con el trágico incidente en  la Guyana el 18 de noviembre de 1978. Se trata, sin duda, de situaciones muy dispares. Pero el método sugestivo es el mismo. He aquí Kiko: “El cristianismo tradicional de Bautismo…Primera Comunión…Misa dominical…no matar, no robar…no tenía nada de cristiano, era un asco,… éramos precristianos… sin haber recibido un nuevo Espíritu venido del Cielo… Ahora Dios nos ha convocado para iniciar un Catecumenado, hacia un renacer”, “aunque somos pocos, estamos colocando un mojón haciendo presente que el reino de Dios ha llegado a la tierra; para la“renovación del Concilio” se necesitaba el “redescubrir” el “Catecumenado·; “Abraham es la figura del Catecumenado”, “os hablo en nombre de la Iglesia, en nombre de los Obispos… los catequistas catecumenales tienen un carisma confirmado por losObispos”; “son Juan el Bautista en medio de vosotros; -Convertíos, porque el Reino de Dios está cerca”; “yo os estoy dando la vida, a través de la palabra de Dios depositada en mi… la explicación de la palabra la doy yo”; “como Moisés en el desierto somos vuestra ayuda”; “los Apóstoles han dado testimonio de que Jesús está resucitado y yo también doy testimonio… garantizándolo con mi vida”; “como Abraham caminó… vosotros debéis caminar, según la palabra se nos entregará el Espíritu Santo”; “seréis convocados en asamblea por el Espíritu Santo”….os hablará Dios”; “ninguna comunidad fundada por nosotros ha fracasado… os aseguro que aquí está Dios”.
La persistencia sugestionadora y fanática es continuamente reforzada por la radicalidad y exageración de las afirmaciones y por las referencias integristas y dogmáticas a la Biblia. Por ejemplo, la “participación” (sobrenatural) de la naturaleza divina se afirma como un hacerse “Dios mismo”; un “tener la naturaleza divina”; el “resurgir con Cristo”, equivale a tener “la misma sangre redentora que Jesucristo”,convertirnos nosotros también en “Espíritu vivificante”, con el deber de repetir y “manifestar a todas las generaciones aquello que sucedió una vez en el calvario, ‘dejándonos matar'”; al influjo deletéreo del pecado personal en la comunidad se lo considera destruir la comunidad, la Iglesia”; cuando en el pre-Catecumenado “se os invite a   vender los bienes, se deberán vender todos… porque si no, no podréis entrar al Reino ni al Catecumenado”; nuestro cristianismo, antes de nuestra conversión catecumenal, da “asco”, etc. Todo esto, además de alejar, acentúa el plagio y el fanatismo de quien se ha dejado atrapar, aún más por la perspectiva del largo camino formativo prometido (siete años).
Un grotesco desprecio de la Tradición
Pero aún más graves se evidencian las deficiencias y lo dañino de estas comunidades si de estas modalidades pasamos a los contenidos. No hay posición doctrinal ni práctica católica que no haya sido gravemente deformada. Todo presentado en una forma impresionantemente grotesca y no falta la confusión teológica y bíblica, junto al fingimiento ostentoso de redescubrimiento y de recuperación de las genuinas verdades cristianas sepultadas y olvidadas por siglos. Se sobreañaden a esto las perspectivas sugestionantes de compromiso elitista personal y sacrificio.
El “redescubrimiento” de los valores cristianos auténticos y primitivos se presenta en forma de garantía, carismática, de fe “existencialmente” vivida. Con un gran desprecio hacia los asuntos “filosóficos” de la Iglesia y de lo que denominan “legalismo” de la especulación “teológica”, organizada en varios tratados: “Han metido en una caja al Espíritu Santo, lo han embotellado y puesto en tratados que podíamos dominar, en los cuales teníamos todas las más puras joyas del conocimiento de Dios: de Dios uno y trino, de Dios creador, etc. y sin darse cuenta han empobrecido la visión de Dios”.Demuestran particular desprecio por “el inmovilismo casi total determinado por elConcilio de Trento”, que finalmente fue superado por el Vaticano II.
Al parecer toda estructura, norma, liturgia eclesiástica habría decaído, después de la paz de Constantino y la irrupción en la Iglesia de grandes masas, en un “legalismo” de puros ritos e imprecaciones de favores celestiales, típicos de una pobre “religiosidad natural”, perdiendo la auténtica vitalidad de fe de la “Iglesia primitiva”, que finalmente, después del Vaticano II, es “redescubierta” y recuperada, justamente mediante el Camino Neocatecumenal.
El hecho de que hoy “las naciones salgan de la Iglesia” constituye, desde este punto de vista, una ventaja, neutralizando el efecto de aquella irrupción en masa y haciéndonos retornar a la época preconstantiniana. “Así el cristianismo podrá brillar con toda su pureza y frescor. Así podremos retornar a la Iglesia primitiva”.
Un paréntesis de siglos y siglos de vida de la Iglesia eliminados, con el presuntuoso olvido, si no por otro motivo, de tantos Santos que la han hecho resplandecer.
Concepción luterana de salvación
No se trata, sin embargo, de comunidades de masas, sino de élite. Esto tiene, sobre todo, la intención de cerrarse en sí mismas. Para colmo dicen : “Nosotros no conquistamos a nadie, no predicamos un cristianismo proselitista”, sin embargo, es evidente que se esfuerzan por multiplicar en las parroquias sus comunidades (que no deben superar algunas decenas de miembros). Tienen el objetivo también de constituir el único modo verdadero para la “salvación del mundo”.
Aquí abordamos una perspectiva fundamental del Camino, estrechamente relacionada con una confusa e inadmisible noción de “salvación”, repetida en forma continua e inorgánica.
La salvación consistiría en el anuncio y en la aceptación, por fe, de la “buena noticia”, es decir del “acontecimiento” salvífico que es la resurrección de Jesús, cuya definitiva“victoria sobre la muerte” es signo por tanto del ya acaecido amoroso perdón de Dios. Los catecumenales comunican dicha “buena noticia” y manifiestan tal “signo”, con la aceptación del “acontecimiento” y la renovación personal de la “victoria sobre la muerte”. Sobrevendrá, como fue con Jesús, “pasando a través de la muerte”, es decir “haciéndonos matar” por “amor” pacientemente por los otros, respondiendo con la “no violencia” a su oposición, “crucificados por los que nos destruyen”. Con este testimonio los catecumenales salvan el mundo: “los catecúmenos son los custodios de la Palabraque es el esperma del Espíritu, son la presencia de Dios en el mundo, son la Iglesia: una comunidad de hermanosEste es un misterio impresionante: un grupo de hombres que están deificados y forman el Cuerpo de Jesucristo resucitado, el Hijo de Dios. Si esto se da en un lugar, allí se da la victoria sobre la muerte. Esto es un anuncio constante de la Buena Noticia que la Vida Eterna ya ha llegado, que el Reino de Dios está cerca. Y esto salva al mundo”.
Nos encontramos frente a afirmaciones altisonantes que, aunque con algún vestigio de verdad, se utilizan con la finalidad de sugestionar y plagiar, además de esconder su real arbitrariedad e incoherencia. Se hace rápidamente evidente que entre el calvario de Jesús y aquello que nos pueda hacer el prójimo existe una gran diferencia: que Jesús no ha vencido a la muerte sólo con el soportarla sino físicamente resucitando, y que la ejemplar solidaridad y altruismo de un grupo, que podría influir solamente en un círculo restringido, no es por cierto suficiente para la difusión universal de la fe y de la salvación.
Pero, aparte de esto, el gravísimo equívoco se relaciona con la noción fundamental de la salvación. Es verdad que, en el marco de tanta confusión teológica, se registran también, al respecto, algunas afirmaciones correctas, no obstante son contradichas por una innumerable cantidad de otras, que reducen las poquísimas que son exactas, vanos remiendos y artificiosas coartadas defensivas contra el temor de condena. Inútilmente, por ejemplo, se afirma, incidentalmente, que es necesario también “dar los signos de la fe”. “Nosotros no somos protestantes. La fe sin obras está muerta”. En primer lugar las “obras” no son pedidas sólo como “signo” sino en conformidad debida a la ley moral, según la voluntad divina. Luego, y principalmente, tales afirmaciones se disuelven entre las innumerables repeticiones de la concepción netamente luterana sobre el tema: ningún esfuerzo ascético, con la ayuda de la gracia: La salvación sólo mediante la fe:  “El hombre, separado de Dios, ha quedado radicalmente impotente para hacer el bien, esclavo del maligno”, “el hombre no se salva por medio deprácticas”; “como un cristiano a la San Luis- con su: «antes morir que pecar»- es fundamental estar en gracia de Dios, no perder está gracia, perseverar. La gracia es una cosa que no se sabe bien qué es, que se tiene dentro, con la cual es necesario morir… Pero luego he comprendido que vivir en gracia es vivir en la gratuidad de Dios que te está perdonando con su amor”; “Dios perdona nuestros pecados y su Espíritu Santo nos hace santos hijos de Dios. Y esto gratuitamente para aquel que cree que Jesús es el enviado del Padre como su Salvador”; “el cristianismo no es un llamado a laconciencia y a la honestidad… sino la invitación a acoger el anuncio del perdón gratuitode todos nuestros pecados”, “el cristianismo no es un moralismo. Jesucristo no es de hecho un ideal, un modelo de vida, no ha venido a darnos el ejemplo”; “los sacramentos no constituyen una ayuda a tal fin”; “el Espíritu vivificante no tiene nada que ver con  estimular el perfeccionismo, con las buenas obras, con la fidelidad a Cristo muerto”; “el cristianismo no exige nada de nadie, regala todo”.; al más pecador, al más vicioso se le regala una vida eterna”. “Dios es amor al enemigo…si hemos hecho cosas horribles; Dios nos ama, nos perdona…no se te exige nada”; la Palabra de salvación no pide como la ley “un esfuerzo más, un esfuerzo íntimo, que te empeñes al máximo”.
Negación de la Redención
Aún más grave, y en concordancia con la misma concepción luterana es la negación de toda  conexión ontológica, sobrenatural, meritoria entre la salvación y la inmolación de Jesús.
Colapsa la noción fundamental de redención, de rescate: un fundamento de la fe. Con su resurrección, después de su muerte, Jesús habría solamente notificado, a los hombres que lo han matado, su voluntad de perdón . Con total ignorancia se osa afirmar que “con la renovación teológica del Concilio no se ha hablado más del dogma de la Redención, sino del misterio de la Pascua de Jesús”, como si una cosa contradijera a la otra. Y con insistencia, resaltada incluso con una vulgar ironía afirman: “Las ideassacrificiales han entrado en la Eucaristía por condescendencia, con el reclamo del momento histórico, con la mentalidad pagana”; “en el lugar del Dios justiciero de las religiones, que apenas te mueves te dan un bastonazo en la cabeza, descubrimos al Dios de Jesucristo”; “¿acaso Dios necesita la sangre de su Hijo para aplacarse? Pero ¿qué raza de Dios nos hemos hecho? Hemos llegado a pensar que Dios aplacaba su ira en el sacrificio de su Hijo a la manera de los paganos.”
Negación de la Confesión
Como he dicho, todas las verdades teológicas fundamentales se encuentran deformadas gravemente, y naturalmente también los sacramentos. Me limitaré a un relevo de estos, en particular sobre la Confesión y la Eucaristía.
La idea de fondo, en sí muy laudable, de volver a hacer las cosas en serio está continuamente envenenada por la incomprensión y el superficial y presuntuoso desprecio de todo aquello que se ha enseñado hasta hoy. He aquí un ejemplo de como es tratada, por Carmen, la clásica y profunda distinción entre atrición y contrición: “Se comenzó a dar valor a la contrición. Casi hace reir el pensar que sólo hace falta laatrición si vas a confesarte y la contrición si no te confiesas”. Es de una ignorancia que da risa.
Para la confesión no falta la afirmación, de fachada de obediencia eclesial:“Mantenemos la confesión individual porque se debe conservar y además porque tiene su valor”. Probablemente habrá sido para ponerse a resguardo de cualquier reclamo explícito de la autoridad. Pero es una praxis evidentemente tolerada. Y está en antítesis, de todos modos, con toda la enseñanza del contexto.
La noción de pecado, como violación de la ley moral y rebelión contra la voluntad divina es refutada, por ser “una concepción legalista del pecado, como la transgresión de una serie de preceptos”. Se hace mofa del presunto automatismo de las“expiaciones” asignadas (penitencia) para el “perdón”, olvidando su justo aspecto de reparación (que exige, por cierto, el anterior arrepentimiento, absolutamente esencial). El arrepentimiento pierde su valor: “La conversión no es arrepentirse del pasado, sino ponerse en camino hacia el futuro”. (Como si la conversión pudiera mirar al futuro sin reprobar el pasado y sin tener dolor por la ofensa a Dios, jamás nombrada en esta catequesis. La conversión sin arrepentimiento del pasado está ligada a la ya vista afirmación del perdón gratuito de Dios, sin “esfuerzo”personal, con la sola obligación de reconocernos pecadores y aceptar tal perdón). Si bien en las celebraciones penitenciales se admiten las confesiones particulares con la escucha rápida y las absoluciones de los presbíteros, tales absoluciones son en sí repetidamente empobrecidas y también criticadas, unánimemente en el Tridentino que las ha prescrito, porque dan a la confesión un carácter “mágico” (demostrando así su total incomprensión del ex opere operato de los sacramentos). En base a unos pocos autores unilaterales, seguidos a pie y juntillas, se expone una especie de historia de la confesión, sin referirse en absoluto a la precisa narración evangélica de su institución.
Queda descartada la maduración teológica sancionada por el Tridentino, la norma de la confesión provendría de la confusamente supuesta praxis de la Iglesia primitiva. He aquí lo que se afirmó en una celebración penitencial del Camino Neocatecumenal: “Lo que os hemos anunciado del amor de Dios y del perdón de los pecados, ahora se realizará, porque Dios nos da el poder no sólo de anunciar el perdón, sino de comunicarlo a través de un signo”, “en la Iglesia primitiva el perdón no se daba con la absolución, sino con la reconciliación con toda la comunidad, mediante el signo de la readmisión en la asamblea, en un acto litúrgico”, “el valor del rito no está en laabsolución, porque en Jesucristo ya estamos perdonados”, “es la comunidad eclesial, allí presente, signo de Jesucristo para los hombres, que perdona concretamente”.Estamos en la linea de la negación protestante del verdadero sacramento.
Grotescas deformaciones
Con todo ni siquiera han comprendido mínimamente la verdadera naturaleza del sacramento católico, como resulta de esta grotesca exposición citada a continuación:“Así hemos vivido nosotros la confesión, y de allí el por qué esta práctica está en crisis hoy. El perdón pasa a un segundo plano, pero permanece como esencial el simple confesar los pecados y recibir la absolución. La confesión se transforma en algo mágico. Se tiene una visión legalista del pecado, por la cual no importa tanto la actitud interior como el confesar externamente y detalladamente todos los pecados de todo tipo. Se trata de una visión individualista, completamente privada, en la cual la Iglesia no aparece por ninguna parte y es un hombre el que te perdona los pecados.”
Demuestran una total falta de comprensión de la confesión tridentina y un impresionante ensayo sobre la ignorancia teológica del Camino Neocatecumenal. En el sacramento católico de la Confesión, es tan prioritario el perdón que se lo reasegura en la absolución; es tan poco mágica (es decir que no recurre a falsos poderes) que depende del divino poder de Jesús; tan poco indiferente de valores interiores que el arrepentimiento interno no condiciona su validez; depende tan poco de un simple hombre que obra in persona Christi y por mandato de la Iglesia. Lutero también hizo lo mismo para atacar las verdades católicas: las deformó.
Negación del Sacrificio Eucarístico
Cuando tuve las primeras noticias sobre reuniones catecumenales, pensé que aquellas originalidades  rituales constituían sólo libertades litúrgicas, en parte tolerables y en parte corregibles. Nunca hubiera imaginado que tuvieran una base tan gravemente heterodoxa. Ahora comprendo por qué tanta resistencia a los reclamos de conformar sus ritos a las normas litúrgicas prescriptas. Tales actitudes de autonomía y disconformidad con respecto a las prácticas y normas comunes, tienen una conexión doctrinal y psicológica, a oposiciones de fondo. Se pretende que se adhiera a“descubrir” la verdadera Eucaristía, ya que hemos “malinterpretado y empobrecidotodo”.
La Eucaristía no sería otra cosa que “el memorial de la Pascua de Jesús, es decir de su paso de la muerte a la vida, del mundo al Padre, en cuyo acontecimiento exultante nosotros experimentamos la resurrección de la muerte”, es decir “nuestro proclamado perdón y nuestra salvación”, es “el carro de fuego que viene a transportarnos a la gloria.” La esencia de la Misa, como sacrificio, es decididamente negada, al modo luterano: “Las ideas sacrificiales han entrado en la Eucaristía por condescendencia con la mentalidad pagana”: “la masa de gente pagana [que irrumpe después de Constantino] veía la liturgia cristiana con sus ojos religiosos, de cara a la idea del sacrificio”; en el edificio que Dios construyó, las ideas sacrificiales, que había tenido Israel y que ya el mismo Israel había superado en su liturgia pascual, eran los cimientos: ahora que se ha construido el edificio  ¡se ha retornado a tales cimientos, es decir a las ideas sacrificiales y sacerdotales del paganismo”; “ las discusiones medievales sobre el sacrificio introducían cosas que no existían en la Eucaristía primitiva, no había en ella ningún sacrificio cruento, es decir alguien que se sacrifica, Cristo, el sacrificio de la cruz, el Calvario, sino sólo un sacrificio de alabanza, para unirse a la Pascua del Señor, es decir a su pasaje de la muerte (en la especie del pan) a la resurrección (cáliz)”.
Con estas últimas afirmaciones, al excluir del altar el sacrificio cruento, se excluye también el sacrificio incruento de Jesús sacramentalmente presente, y por ende se excluye la realidad sacrificial de la Misa.
Esta exclusión , por otra parte, es totalmente coherente con la exclusión ya vista de la inmolación cruenta y salvífica de Jesús por nuestra proclamada salvación. Al excluir los méritos redentores del Calvario, no tendría sentido, para los catecumenales, su aplicación mediante el Calvario místico del altar. Y es también penosamente coherente la hostilidad que demuestran a las muchas repeticiones de la Misa, ignorando (igual que Lutero) el fruto impetratorio.
También hay una total oposición a toda la parte del ofertorio. Si es Dios quien hace todo, quien da el gran anuncio de la salvación, quien “pasa como un carro de fuego que arrastra a toda la humanidad”,¿para qué las ofrendas? Ofrecer las cosas a Dios para hacerlo propicio: ¡qué lejos estamos de la Pascua!”; “es la idea pagana de llevar ofrendas para aplacar a Dios” “Se añade a la enormidad de decir: – ¡Con la hostia pura, santa e inmaculada te ofreces tú, tu trabajo y el día que comienza!; en la Eucaristía no ofreces nada: es Dios absolutamente presente quien da lo más grande: la victoria de Jesucristo sobre la muerte”; “procesiones, basílicas grandiosas…ofertorios… llenan la liturgia de ideas ligadas a una mentalidad pagana”. Son todas afirmaciones penosamente coherentes con la negación de que Jesús se inmole y ofrezca sacramentalmente: (no es concebible ninguna otra ofrenda más que participar de la suya).
Queda eliminado así todo movimiento ascendente a Dios y todo íntimo coloquio con Jesús Sacramentado, como si esto no fuese otra cosa que un abajamiento “estático” de la Eucaristía, no debería ser otra cosa que una “exultación” por el “descendimiento” de la intervención divina y más aún la proclamación de la victoria ya obtenida: “Hemos transformado la Eucaristía que era un canto a Cristo resucitado en el divino prisionero del Tabernáculo”; hemos hablado como en las “primeras Comuniones” de un “niño Jesús que nos ponemos en el pecho cuando queremos… sin embargo la Eucaristía estodo lo contrario… es Dios que pasa y arrastra a la humanidad”.
Negación de la Presencia Real
Aquí ya se delinea un oscurecimiento de la verdad fundamental de la presencia real, que de ser admitida debería expresarse en lo precioso del Tabernáculo y de la presencia del que se comunica y del íntimo coloquio. Pero mucho más grave y directamente aparece tal oscurecimiento en otras afirmaciones; oscurecimiento que se refleja obviamente y sobre el hecho de la consagración y sobre la naturaleza y el valor  de los poderes sacerdotales: “El sacramento es el pan, el vino y la asamblea; de la asamblea surge la Eucaristía”. Estas palabras se adecuan a un rito puramente conmemorativo, pero no al sacramento eucarístico y al ejercicio de los poderes sacerdotales. Y, con presuntuosa ostentación de superioridad sobre toda la teología y la praxis católica, expresan con   ironía: “La Iglesia Católica se ha obsesionado con la presencia real, tanto que, para ella, todo es presencia real” (falso: no la considera todo sino fundamento de todo); “las discusiones teológicas obsesivas sobre el hecho de que Cristo está presente en el pan y en el vino dan risa”;  “en cierto momento fue necesario pero no hace falta insistir más” (con el actual desorden teológico y litúrgico es, sin embargo, más necesario que antes): “eran inútiles las tentativas filosóficas de explicarcómo está presente, con o sin ojos, físicamente, etc. o a través de la transfinalización holandesa… se ha pretendido explicar el misterio con la transustanciación” ( no “explicarlo” sino precisarlo esencialmente, determinarlo, como ha hecho, con gran esfuerzo, el Tridentino y todo el Magisterio sucesivo, despreciado por los catecumenales; el descuido acerca de la presencia “física”,  igual que con la antitética transfinalización holandesa, devela, por lo menos, la incomprensión sobre la verdadera presencia). Excluido todo aspecto de sacrificio todo se reduce a un “banquete” de exultación (concepción, esta sí obsesiva, de los catecumenales, expresada hasta en el recibir la Comunión sentados y en considerar “inconcebible el no comulgar de todos, porque a  la cena pascual se va justamente a comer”), “todo valor de adoración y contemplación ajenos a la celebración del banquete quedan eliminados”; “el pan y el vino no se hicieron para ser expuestos, porque se descomponen [!]”; la preocupación  por las “partículas”, características de quien cree en la presencia real, se ridiculiza: “no es cuestión de migas, sino del sacramento de la asamblea”; “Tabernáculo, Corpus Christi, exposiciones solemnes, procesiones, adoraciones, genuflexiones, elevaciones, visitas al santísimo, todas las devociones eucarísticas, ir a Misa para tomar la Comunión y llevarse a Jesús en el corazón, la acción de gracias después de la Comunión, Misas privadas…minimizan la Eucaristía… están muy lejos del sentido de la Pascua”.
Otras continuas afirmaciones intentan menospreciar el problema de la presencia, que constituye sin embargo, el fundamento de todo el resto: “Lo importante no está en la presencia de Jesucristo en la Eucaristía… sino en su fin, en la Eucaristía como misterio de Pascua”. Y se multiplican afirmaciones sin fundamento: “Como Dios estaba presente en la Pascua, es decir en la liberación de Egipto, así Jesús está presente con su espíritu,resucitado de la muerte” (¿una presencia de acción, no de una persona?; “ en lugar de plantear el problema de la presencia de Cristo en la Eucaristía, pensad que Cristo es una realidad viviente que hace Pascua y arrastra a la Iglesia”; “la presencia de Cristo es otra cosa. Es el carro de fuego que viene a transportarnos a la gloria, a hacernos pasar de la muerte a la resurrección”.
Negación de la Resurrección
Desafortunadamente esta misma inconsistencia, justo sobre los puntos que exigirían la máxima determinación, aparece también respecto de la resurrección de Jesús: “El memorial que nos deja es su espíritu resucitado de la muerte”; “¿cómo han visto los apóstoles a Cristo resucitado? ¿Como un fantasma? No, lo han visto en sí mismos…constituido Espíritu vivificante”. Esta última expresión se repite a menudo. Es cierto que Jesús ha mandado su Espíritu, pero la resurrección concierne también al cuerpo real de Cristo.
Superficialidad, presunción y astucia.
La inconsistencia está en armonía con la gran confusión teológica y escriturística y con la superficialidad, junto con la presunción de agudeza y de profundización crítica, sin hablar de la presunción carismática. Como ya he dicho, no existe verdad teológica o bíblica que no esté deformada, y para peor estos catequistas laicos que carecen de una sólida formación teológica y bíblica de base, dependen de pocos textos, elegidos entre los menos seguros y los más atrevidos (por ejemplo, la revista Concilium). Esta evanescencia y confusión se encuadra después en la doctrina catecumenal fundamental, vista al inicio, del anuncio pascual de salvación, presentado con poca claridad, sin precisión alguna, e inconsistente en cuanto al dogma de la redención.
El método, simplista y astuto, de estos maestros improvisados y sin preparación, para eludir toda investigación seria y discusión teológica, consiste en desvalorizarla en su punto de partida y sustituirla con afirmaciones categóricas. El método para evitar condenas y fracturas con los superiores es la recomendación del secreto, la inexactitud de ciertas expresiones (cortinas de humo) y las afirmaciones en conformidad con el Magisterio insertadas por aquí y por allá, que empañan la visión, siendo continuamente contradichas en el contexto.
Conclusión
En conclusión, nos encontramos frente a un penoso y dañosísimo lavado de cerebro, de tipo fanatizante, en el plano doctrinal, práctico, litúrgico, sobre grupos de fieles, algunos animados, probablemente, de óptimas intenciones, pero engañados y desviados de la justa vía de la ascética segura, del ejemplo de los Santos y, sobre todo, de la ortodoxia.
Estos grupos suscitan la admiración de gente simple, en contraste con ciertos ambientes tan mediocres y apáticos, porque se presentan voluntariosos y aplicados. Parecen ofrecer lo auténtico, lo diferente, lo mejor, en comparación con tanta tibieza. Pero esta novedad desafortunadamente tiene la intención de rechazar la maduración doctrinal y práctica de la Iglesia desde Constantino en adelante (interpretada de manera inexacta), con aversión a las “estructuras” eclesiásticas, autonomía laica con respecto al Clero y a la Jerarquía (en las reuniones la presidencia dada al párroco es ficticia: la guía efectiva es la de los catequistas, aún en las reuniones bíblicas).
Las interpretaciones integristas y que no resisten una crítica de la Escritura, como lo de vender todos los bienes, la absoluta pasividad no violenta, la misma disposición a morir por los otros, pueden dar la impresión de un fervor grande y admirable. Aún cuando esto se pueda equilibrar y ser verdad en algunos sujetos, en su totalidad refleja un proceso de fanatización y una construcción engañosa y precaria, con el gran daño de la desviación doctrinal y disciplinaria. También Valdo (salvando las distancias) se lanzó y lanzó a sus catequistas, partiendo del total “vende todo lo que tienes”, suscitando fervorosos seguidores y terminando en la rebelión y la herejía.
La frecuente referencia que los neocatecumenales hacen al Vaticano II –casi podría ser posible interpretarlo como un quiebre con la Tradición y en particular con el Tridentino-, es desleal y  absolutamente falsa, pues fue un concilio simplemente pastoral. Es la mentira difundida hoy por todos los modernistas. Los neoatecumenales  adhieren y  se acogen al Vaticano II, como si su linea se identificase con la neocatecumenal y sólo con ella.
He aquí un ejemplo de esta desleal identificación y de las clamorosas perspectivas fanatizantes: “Os aseguro que la renovación del Concilio Vaticano II según el itinerario neocatecumenal llevará a la Iglesia a una gloria indescriptible y llenará de estupor y admiración a los orientales y a los protestantes, por ser un Concilio ecuménico”.
Puede esto  servirnos de síntesis conclusiva.
Fuente: http://adelantelafe.com/el-camino-neocatecumenal-al-descubierto/
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