
No podría ser yo
más exacto en analizar esta confusa encíclica sin
la ayuda del Espíritu Santo y con la responsabilidad que obliga mi profesión, del
cual siempre nos pone en el camino alguien quien por su profundidad,
experiencia y teología pueda desenmascarar
a los agentes infiltrados dentro de la Iglesia en este caso tan delicado. Abajo
les invito a leer muy atento este documento que descubre a los malvados.
Marco Antonio Guzmán Neyra | Facebook
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NUEVA RELIGIÓN ECOLOGISTA
Título original de su autor descrito al final del texto.
La Encíclica "Laudato Si" es desafortunada no solo
porque hay temas mucho más urgentes para la Iglesia en estos momentos, sino
porque viene a favorecer una serie de conceptos sociales falsos y dañinos para
el hombre.
En primer lugar, el documento se basa en la tesis,
completamente errónea, de que el planeta está sufriendo un "calentamiento
global".
Dice el documento: "Existe un consenso científico muy
consistente que indica que estamos en presencia de un preocupante calentamiento
del sistema climático". Si algo no existe es precisamente un
"consenso científico". Todo lo contrario.

El 21 de noviembre de 2009 sucedió lo que se conoce como el
"climategate" o el "gran escándalo del
siglo", y es que un hacker entró a la red interna de la Unidad de
Investigación Climática (CRU) de la Universidad de East Anglia, Inglaterra, y
sustrajo más de mil correos que demostraban como los "científicos" de
este centro llevaban trece años mintiendo y manipulando las cifras térmicas
para hacer creer que existe un calentamiento global. Este centro provee los
análisis de temperatura a todo el mundo.
En un correo particular, el profesor Phil Jones, jefe del
CRU, relata la preparación de una figura para la declaración de la Organización
Meteorológica Mundial sobre el estatus global del clima en 1999. Escribe:
"He completado 'el truco de la naturaleza de Mike' de sumarle a las
temperaturas reales a cada serie por los pasados 20 años para esconder el declive".
Contrariamente a lo que postularon esos pseudo científicos
durante tantos años, y que sirvió a la creación del gran mito, hay evidencias
que demuestran lo contrario: el planeta se ha venido enfriando en las últimas
décadas. No solo padecemos inviernos cada vez más fríos y fenómenos de
congelamiento que antes no existían. También hay datos científicos, como el
arrojado por la sonda TIMED, lanzada al espacio por la NASA para medir la
variación anual de la temperatura atmosférica, que demuestran lo contrario al
mito del "calentamiento".
TIMED significa "Thermosphere, Ionosphere, Mesosphere
Energetics and Dynamics", y es una sonda lanzada por la NASA el 7 de diciembre de 2001 para medir las
temperaturas de la ionósfera, la mesósfera y la baja termósfera de nuestra atmósfera terrestre. A los ocho años, la sonda arrojó dos importantes datos
consistentes y reveladores: el planeta Tierra se está enfriando, y dicho
enfriamiento es debido a las variaciones en el ciclo solar. Es decir, ningún
calentamiento global y nada que ver con la "causa humana" postulada
por los ambientalistas y agentes del gobierno mundial.




En 2007, la misma ONU auspició la publicación del Informe
Intergubernamental sobe el Cambio Climático (IPCC), el cual gratuitamente
predijo aumentos en las temperaturas globales durante los próximos 92 años que
pondrían en peligro el ecosistema terrestre. Los ambientalistas, liderados por
Al Gore, tomaron el IPCC como biblia a imponer por todo el mundo.



Joachim Shellnhuber, fundador del Instituto para el Impacto
Climático, a quien Bergoglio pidió presentar su Encíclica en El Vaticano, ha
declarado que es preciso reducir la población mundial a 7 mil millones a solo
uno y medio.



Antropomorfismos como el de la "hermana Tierra"
usados por la Encíclica, aun si fueran solo metafóricos, no hacen sino preparar
el camino para la imposición de la "Carta de la Tierra", futura
"Constitución" del Gobierno Mundial diseñada para sustituir la tabla
de los 10 mandamientos. La Carta, que hoy tiene el status de una "ley
blanda", servirá de base para documentos vinculantes a ser adoptados por
los gobiernos como parte de una "ética" global.
El ecologismo extremo está cargado de análisis marxista, y ha
venido a ser una reelaboración de la teología de la liberación en términos
pseudo científicos. Este es el tercer elemento preocupante de la Encíclica de
Bergoglio.


Según Boff el universo es "autoconciente", y la
"Tierra ha comenzado a pensar, sentir y amar". "La teología de
la liberación nació escuchando y explicando el grito de los pobres, pero no
solo los pobres gritan: gritan las aguas, gritan los árboles, gritan los
animales, gritan los vientos, la Tierra grita", dijo.

Una oscura y estrecha visión de la Encíclica sobre la historia
ignora los enormes logros que la innovación en los mercados y la tecnología han
aportado para sacar de la pobreza a cientos de millones de seres humanos. El
documento está lleno, más bien, de sentencias reminiscentes de los más
radicales ambientalistas marxistas.


Bergoglio se lanza contra aquellos que sostienen el mito del
"progreso material ilimitado", pero a la vez hace un llamado en pro
de las energías renovables. La pregunta es ¿cómo se van a descubrir y promover
esas energías renovables si no es a través de los avances de la tecnología y de
la inversión?
Francisco asume el tono apocalíptico de los ambientalistas
radicales, lo cual es verdaderamente irónico. El verdadero Apocalipsis que el
Evangelio nos ofrece es el de la esperanza en el inminente retorno de Jesucristo
para gozo de los buenos. En cambio, la Encíclica demuestra ser el documento
menos esperanzador surgido en la historia de la Iglesia.
"Laudato Si", muy aparte de lograr concientizar
sobre el deber de cuidar el planeta, debido a estos tres perniciosos elementos
se puede convertir más bien en un instrumento de manipulación ideológica por
parte de quienes pretenden imponer una religión mundial y un gobierno mundial.

La eco-teología que inspira la Encíclica de Bergoglio no se
basa en el mandato divino "Poblad y dominad la Tierra" (Gen 9-7), se
basa en una ideología que es totalmente contraria a ese mandato divino.

Tomado de la fuente :
http://ultimostiempos.org/autor
José Alberto Villasana Munguía es escritor y analista de
escenarios políticos, económicos y religiosos internacionales.
Por su formación en Teología (U. Gregoriana de Roma), Filosofía (U. Angelicum
de Roma), Humanidades Clásicas (C.E.S. Salamanca, España) y Comunicación
Internacional (ITAM), ha logrado desentrañar las consecuencias de los
movimientos contraculturales modernos, dedicándose a comprender los conflictos
que aquejan al hombre contemporáneo.
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