miércoles, 2 de mayo de 2012

“EL DIABLO ODIA LA MISA TRADICIONAL”: ALICE VON HILDEBRAND


Muy a mi pesar veo n cada domingo "arreglos o cosas extrañas" en la liturgia al que llamamos MISA MODERNA . Me pregunto ¿fue necesario hacer cambios en el plano religioso de la piedad católica? -¿ fue necesario arruinar la espiritualidad católica con el so pretexto de aceptar otras formas de fe seudo-cristianas que provienen de los cismáticos y herejes? - puedo preguntar a cualquier sacerdote u obispo y de seguro ninguno de ellos me sabrían responder. ¿Fue necesario sacarse los hábitos que identificaban a sacerdotes y religiosos ? - ¿ Y cual fue lo peor de estos cambios ? -aquí si hay respuesta : atacar a la Misa Tridentina la verdadera Misa Tradicional Católica los enemigos de la salvación hallaron la ocasión que los siglos no les permitieron , deformar la Liturgia latina para destruirla y que persisten aún , el Papa Benedicto XVI  lucha para que no sea así y pueda frenar en algo la fatal profecía dicha por boca de San Miguel Arcángel al profeta  Daniel. Comparto más abajo también otras  advertencias del caso.

Marco Antonio Guzmán Neyra | Facebook




1ra parte 

“EL DIABLO ODIA LA MISA TRADICIONAL”: ALICE VON HILDEBRAND

 ESTA ENTREVISTA ES EN CIERTA FORMA UN COMPLEMENTO DE LA ENTRADA PRECEDENTE RESPECTO DE ESTE GRAN FILOSOFO Y PENSADOR CATÓLICO DEL SIGLO XX. QUE VIVIÓ LOS DÍAS DEL DESASTROSO CONCILIO VATICANO II Y QUE SE DIO CUENTA DE LA REVOLUCIÓN QUE SE GESTABA- DESDE HACIA DÉCADAS- EN EL INTERIOR DE LA IGLESIA.

*La Doctora Alice Jourdain (Bruselas 1923- ) fue alumna y luego esposa de Dietrich von Hildebrand (1899-1977), uno de los mayores pensadores católicos del siglo pasado, autor de textos fundamentales como Ética cristiana, Santidad y eficacia en el mundo y El corazón (un análisis de la afectividad humana y divina) y dos muy importantes sobre el modernismo: El caballo de Troya en la Iglesia de Dios y la ya mencionada The Devastated Vineyard-la viña devastada-, esta última nunca editada en castellano. El matrimonio escribió juntamente varias obras, entre ellas una admirable: El arte de vivir. Este reportaje fue publicado en The Latin Mass Magazine (Verano de 2001) y reproducido en Marzo de 2007 por Christian Order.

THE LATIN MASS: Dra. von Hildebrand, en la época en que el Papa Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano Segundo, ¿usted ya percibía la necesidad de una reforma en la Iglesia?


ALICE VON HILDERBRAND: La mayor parte de las percepciones sobre esto fueron obtenidas por mi esposo. Él siempre decía que los miembros de la Iglesia, debido a los efectos del pecado original y del pecado actual, están siempre en necesidad de reforma. La enseñanza de la Iglesia, sin embargo, viene de Dios. Ni una iota puede ser cambiada o considerada en necesidad de reforma.

TLM: Con relación a la presente crisis, ¿cuándo comenzó Ud. a percibir que algo andaba mal en la Iglesia?

AVH.En Febrero de 1965 estábamos con mi marido en Florencia, aprovechando el año sabático. Dietrich estaba leyendo un libro y de pronto lo escuché sollozar. Como tenía problemas cardíacos, pensé que algo andaba mal y corrí para ver qué pasaba. Lo encontré con los ojos llorosos y con una revista en la mano. Le pregunté que pasaba y me dijo que acababa de leer un artículo que para él era prueba de que el diablo había entrado en la Iglesia.
 Debo decir que mi marido ya se había dado cuenta, muchos años atrás, de que se estaba perdiendo el sentido de lo sobrenatural, pero que la belleza y la sacralidad de la liturgia tridentina habían ocultado el fenómeno. por lo menos hasta el Concilio. Además, tenía en claro que después de la condenación de San Pío X, los modernistas habían pasado a la clandestinidad, adoptando técnicas mucho más sutiles de infiltración. Sobre este asunto, escribió The Devastated Vineyard, (La Viña devastada), señalando que el Vaticano II había sido como un huracán para la Iglesia. Con la pérdida del sentido de lo sobrenatural, también se perdió la necesidad del sacrificio. El Vaticano II provocó que muchos obispos y sacerdotes dijeran que la Iglesia tenía que adaptarse al mundo. Grandes Papas como San Pío X afirmaban exactamente lo contrario: el mundo debía adaptarse a la Iglesia.

TLM: ¿Entonces Ud. cree que la acelerada pérdida del sentido de lo sobrenatural no es un accidente en la historia?

AVH: De ninguna manera y mi marido opinaba igual que yo: en la Iglesia se había verificado, durante la mayor parte del siglo XX, una infiltración sistemática de los enemigos diabólicos. El era optimista por naturaleza, pero durante los últimos años de su vida, a veces la tristeza lo consumía: “Han destruido la Santa Esposa de Cristo”, solía repetir, refiriéndose a “la abominación del lugar santo”, de que habla el profeta Daniel.

TLM: El Papa Pío XII lo denominaba a su marido como el Doctor de la Iglesia en el siglo XX. Con ese título ¿no podía tener acceso al Papa Pablo VI para expresarle sus temores?

AVH: Fue lo que hizo. Nunca olvidaré la audiencia privada que tuvimos con Pablo VI, el 21 de junio de 1965, poco antes de que terminase el Concilio. El Papa nos recibió de pie y en cuanto mi marido empezó a suplicarle que condenase las herejías que desembozadamente se manifestaban, lo interrumpió bruscamente, diciéndole “¡Escríbalo, escríbalo!”. Pocos momentos después, mi marido, por segunda vez, le insistió sobre la gravedad de la situación, recibiendo la misma respuesta. El Papa estaba sumamente incómodo y pocos minutos después hizo un gesto a su secretario, el P. Capovilla, para que nos trajese rosarios y medallas, señal de que la audiencia había finalizado.
Cuando volvimos a Florencia, mi marido escribió un largo documento -aún no publicado- que fue entregado a Pablo VI en septiembre de 1965, el día anterior a la última sesión del Concilio. Releyéndolo cuidadosamente, le dijo a su sobrino Dieter Settler, entonces embajador alemán ante la Santa Sede, que el documento era “un poco duro”. Razón no le faltaba: había pedido una clara y completa condenación de todas las declaraciones conciliares heréticas.

TLM: Supongo que Ud. se dará cuenta de que, al hablar de infiltración, muchos pondrán los ojos en blanco, exasperados, diciendo ¡No queremos oír hablar de conspiraciones!

AVH:Yo solamente puedo hablarle de lo que conozco. Es de público conocimiento, por ejemplo, que Bella Dodd**, la ex comunista reconvertida al catolicismo, se refirió expresamente a la infiltración comunista en los Seminarios. Ella nos contó que cuando era miembro activo del Partido, tenía frecuentes contactos con no menos de cuatro cardenales que trabajaban para el comunismo. Muchas veces escuché decir en los EE.UU. que “los europeos olíamos conspiraciones en todas partes”. Pero desde el principio, el Maligno ha conspirado contra la Iglesia, tratando de destruir la Misa y de socavar la creencia en la Presencia Real de Nuestro Señor en la Eucaristía. Este es un hecho innegable y absolutamente real.
Por otra parte, como europea que soy, tentada estoy de decir que muchos estadounidenses son ingenuos y como no saben mucho de historia, suelen ser prisioneros de la ilusión. Rousseau tuvo mucha influencia en este país. Cuando en la Última Cena Nuestro Señor les dijo a sus apóstoles que uno de ellos lo traicionaría, se quedaron desconcertados. Judas había hecho su juego tan arteramente que nadie sospechaba de él. Un conspirador astuto y avezado sabe como ocultar sus propósitos, dando muestras exteriores de ortodoxia.
En ese libro el Padre Villa se refiere a las desobediencias de Monseñor ** Bella Dodd (1904-1964), nacida en Italia, se llamaba María Asunta Isabella Visono. Abogada, fue una de las principales dirigentes del Partido Comunista de los EE.UU., del cual fue expulsada en 1949. Se reconvirtió al catolicismo en 1951 y luego escribió “School of Darkness”.

TLM: Antes de que yo comenzase con mis preguntas, Ud. me habló de dos libros muy importantes. ¿Esas obras tenían documentación probatoria de la infiltración comunista en la Iglesia?

AVH: Los libros que le mencioné aparecieron en 1998 y en 2000, y fueron escritos por el Padre Luigi Villa, de la diócesis de Brescia, quien, por expreso pedido del Padre Pío había dedicado muchos años de su vida a investigar la posible infiltración de masones y comunistas en la Iglesia. Mi marido y yo lo conocimos al Padre Villa en los años 60. Él insistía que ninguna afirmación suya carecía de fundamentos. Cuando apareció “¿Pablo VI, Beato?” lo envió a cada uno de los obispos italianos. Ninguno acusó recibo ni refutó nada de lo que se decía.
Montini, entonces Subsecretario de Estado, respecto a las directivas de Pío XII, que tenía clara conciencia de la amenaza comunista y había prohibido que los funcionarios del Vaticano anduviesen en tratos con Moscú. Para su consternación, se enteró a través del Obispo de Upsala (Suecia) que sus órdenes estrictas no habían sido acatadas. Al principio, se resistía a creerlo, hasta que le llevaron pruebas concluyentes de que Montini mantenía frecuentes contactos con los soviéticos.

Entretanto, Pío XII, siguiendo la conducta de Pío XI, había enviado clandestinamente a sacerdotes para que reconfortasen a los católicos que vivían tras la Cortina de Hierro. Esos sacerdotes fueron sistemáticamente detenidos, torturados y asesinados. A otros los mandaron a los gulags. Fortuitamente se descubrió que en el Vaticano había un topo: se trataba del jesuita Alighiero Tondi, un estrecho consejero de Montini. Tondi era un agente de Stalin y su misión era mantenerlo informado acerca de los sacerdotes que eran enviados a la Unión Soviética.
Pero Ud. debe agregar a esto el trato que Pablo VI le dispensó al Cardenal Mindszenty, quien no quería salir de Hungría, después de la revuelta de 1956. El Papa le mandó abandonar Budapest, pero el Cardenal se refugió en la embajada de los EE.UU. El Papa le había prometido solemnemente que conservaría el Primado de Hungría hasta su muerte. Cuando el Cardenal, que había sido torturado por los comunistas, llegó a Roma, Pablo VI lo abrazó cálidamente, pero acto seguido lo hizo marchar a Viena. Al poco tiempo, el Cardenal fue depuesto y se nombró en su lugar a otro, que contaba con el beneplácito del Partido Comunista húngaro. Cuando el Cardenal murió ningún representante de la Iglesia concurrió al funeral.
Más tarde, el Padre Villa recibió otra prueba de la infiltración, suministrada por el entonces Arzobispo (luego Cardenal) Gagnon, a quien Pablo VI le había encomendado una investigación sobre la infiltración dentro de la Iglesia.
El Cardenal armó un voluminoso dossier, con muchos datos preocupantes y pidió audiencia con el Pontífice para entregárselo en mano, petición que le fue denegada. El Papa le hizo llegar un aviso de que el documento estaría depositado en las oficinas de la Congregación para el Clero, bajo doble llave. Pero al día siguiente la cerradura fue violada y el dossier desapareció. El asunto se trató de tapar, pero la prensa se enteró del robo. Monseñor Gagnon, que se había guardado una copia, solicitó una audiencia privada con Pablo VI, pero no se la concedió. Entonces decidió volverse al Canadá. Más tarde, Juan Pablo II lo hizo venir a Roma y le otorgó el capelo.

TLM: ¿Por qué el Padre Villa escribió esos libros criticando a Pablo VI?

AVH: Debo decirle que el Padre era reticente en cuanto a su publicación. Pero cuando varios obispos impulsaron la beatificación de Pablo VI, se decidió a imprimirlos. En definitiva, lo que hizo fue nada más que seguir las instrucciones de la Curia, acerca de que cualquier hecho negativo respecto de los candidatos a la beatificación debía ser entregado a la Congregación respectiva.

Teniendo en cuenta el tumultuoso pontificado de Pablo VI, y las confusas señales que había dado, refiriéndose a que “el humo de Satanás había entrado en la Iglesia”, pero negándose a condenar oficialmente las herejías; la encíclica Humanae Vitae -honra de su pontificado – aunque eludió su proclamación ex cátedra; la promulgación del Credo del Pueblo de Dios en 1968, pero sin ordenar su carácter obligatorio para todos los católicos; su desobediencia a las órdenes de Pío XII sobre no mantener contacto alguno con Moscú y su política de apaciguamiento con el gobierno de Hungría, renegando de la solemne promesa hecha al Cardenal Mindszenty; su desconsideración hacia la persona del bendito Cardenal Slipyj, que había pasado 17 años en el gulag y finalmente su actitud con el Cardenal Gagnon. En fin, todo esto hablaba contra la beatificación de Pablo VI y el libro del Padre Villa finalmente apareció con el titulo de Paolo Sesto, Mesto (Pablo Sexto, el amargo).

Pero el Padre pagó un precio muy duro por sus dos libros, ocasionándole enormes aflicciones. Es que el común de los católicos tiene veneración ilimitada por el Pontífice. Pero Nuestro Señor nunca prometió que tendríamos Papas perfectos. Lo que sí prometió es que las puertas del infierno no prevalecerían. No olvidemos que, a pesar de que hubo Papas malísimos, y algunos muy mediocres, la Iglesia fue bendecida con grandes Pontífices. Ocho de ellos fueron canonizados y varios beatificados, historia triunfal que no tiene parangón con lo que sucedió en el plano secular.

TLM: ¿Entonces Ud. tiene un juicio negativo sobre el pontificado de Pablo VI?

AVH: Sólo Dios puede juzgar a Pablo VI. Pero no puede negarse que su pontificado fue complicado y trágico. Bajo su gobierno fueron introducidos muchísimos más cambios en quince años, que durante todos los siglos anteriores. Por cierto que es sumamente intranquilizador leer los testimonios de ex comunistas como Bella Dodd y estudiar los documentos masónicos del siglo XIX, y también por ejemplo, conocer las actividades de personajes como el cura apóstata Paul Roca (1). Allí se puede apreciar en toda su amplitud cómo se cumplieron los objetivos de las logias: el éxodo de sacerdotes y monjas después del Vaticano II, la aparición de una corriente teológica con graves errores nunca censurados, el feminismo, la presión para que se abandone el celibato, la inmoralidad en los clérigos, las liturgias blasfemas.

TLM: Y desde luego están los tremendos y radicales cambios hechos en la sacra liturgia, junto con un ecumenismo absolutamente falaz.

AVH: Nadie más que un ciego puede negar que los planes del Enemigo se cumplieran. Muchos se sorprendieron por lo que hizo Hitler, aunque no mi marido, que había leído concienzudamente “Mein Kampf”. Pero los dirigentes prefirieron no creer…

Pero por más grave que sea la situación, ningún católico fiel debe olvidar que Nuestro Señor prometió permanecer junto con su Iglesia hasta el fin de los tiempos. No viene mal una pequeña meditación sobre el relato evangélico, cuando Cristo dormía, mientras la barca de los Apóstoles zozobraba, en medio de una feroz tormenta. Aterrorizados los despertaron y Él les reprochó: “¿Por qué teméis, hombres de poca fe?” e hizo que la tempestad cesase de inmediato.

TLM: Me doy cuenta por sus referencias sobre el ecumenismo que a Ud. no le cae nada bien la actitud de “convergencia” con otras religiones. Antes la Iglesia tenía la misión de convertir…

AVH: Le cuento algo que le causó enorme tristeza a mi marido. En 1946, enseñando en Fordham, se presentó en una de sus clases, un estudiante judío que había servido en la Armada durante la guerra. Al terminar la exposición lo abordó a Dietrich para decirle que él había vivido una singular experiencia en el Pacífico, contemplando una bellísima puesta de sol. Ese espectáculo lo llevó a preguntarse sobre Dios. El muchacho venía de Columbia, donde no encontró la respuesta a su inquietud. Pero un amigo le habló de Fordham y del profesor Dietrich von Hildebrand, a cuyas clases empezó a concurrir regularmente. Al finalizar una de ellas, salieron a caminar juntos y durante el paseo le contó a Dietrich que muchos profesores, al enterarse de que era judío, le aseguraron que no tratarían de convertirlo. Mi marido, estupefacto, detuvo la marcha y le preguntó:”¿Qué le dijeron?”. Al repetirle la anécdota, Dietrich le aseguró que “iría hasta el fin del mundo, con tal de que Ud.se haga católico”. Al poco tiempo, el estudiante judío se convirtió e ingresó a la Cartuja, ordenándose luego de sacerdote.

TLM: Ud. pasó muchos años enseñando en Hunter College.

AVH: Así es y le podría hablar de las numerosas estudiantes que se convirtieron, atraídos por la Verdad. Pero no fui yo quien lo hizo: simplemente recé para ser un instrumento de Dios y para que Él me ayudase a vivir según el Evangelio. Eso únicamente se obtiene con la gracia de Dios. Lamentablemente, algunos católicos que se dicen tradicionalistas, creen que la Verdad es una posesión personal y no un don de Dios. Semejante actitud los puede conducir al fanatismo. La Fe no es un juguete intelectual ni tampoco una partida de ajedrez. Deberían procurar cambiar de postura, sobre todo si defienden la Misa tradicional. Lo que todos debemos intentar es tratar de ser santos.

TLM: Entonces, ¿Ud. cree que esa es la única solución para remediar la crisis de la Iglesia?
AVH:No olvidemos que estamos luchando no sólo contra la sangre y la carne, sino también contra “Potestades y Principados”. Esto debería servir para causarnos temor y hacernos redoblar el esfuerzo para ser santos, y rezar para que la Esposa de Cristo salga de esta crisis espantosa más radiante que nunca. La respuesta católica es siempre la misma: fidelidad absoluta a las enseñanzas de las Iglesia y a la Santa Sede, recepción frecuente de los Sacramentos, rezo del Rosario, lectura espiritual diaria y agradecer el que hayamos recibido la plenitud de la Revelación. “Gaudete, iterum dico vobis, Gaudete”.

TLM: No quiero terminar la entrevista sin conocer su opinión sobre la Misa en latín. ¿Sería su restablecimiento una solución para la crisis?

AVH: El diablo odia la misa tradicional, y la odia porque es la más perfecta reformulación de todas las enseñanzas de la Iglesia. Y sobre esto Dietrich me dio la clave. Porque, mucho antes del Concilio, los sacerdotes que la rezaban ya habían perdido el sentido de lo sobrenatural y trascendente. La recitaban rapidísimo, casi murmurando y sin articular bien las palabras, señal de que intentaban introducir en la Misa su propia secularización (2).

La misa tradicional no permitía irreverencia alguna y por eso muchos malos sacerdotes se alegraron cuando se la dejó de celebrar.

(Editado por Christian Order, marzo de 2007, reproducción de The Latin Mass 2001)

 Notas:

1 – Paul Roca (1830-1893). Nacido en Francia, se ordenó sacerdote en 1858 y comenzó a vincularse con círculos gnósticos y esotéricos. Pese a la suspensión de Roma, siguió presentándose como si aun fuese miembro de la Iglesia, anunciando el advenimiento de una “divina sinarquía”, bajo la autoridad de un Papa convertido al “cristianismo científico y socialista”. (Cfr. La masonería dentro de la Iglesia, Cruz y Fierro Editores, Buenos Aires, 1968, pp.39-59. El prólogo es de Julio Meinvielle).

2 – Dietrich von Hildebrand ya había detectado ese espíritu de secularización, que lo llevó a publicar en 1953 The New Tower of Babel, obra nunca traducida al castellano.

INFORMACIÓN ADICIONAL:

*Alice Von Hilldebran  explica a Rome Report porque su marido fue uno de los fgrandes filosofos catolicos del siglo XX. http://www.romereports.com/palio/alice-von-hildebrand-explica-por-que-su-marido-fue-uno-de-los-grandes-filosofos-del-siglo-xxi-spanish-2238.html

*Datos biograficos de Dietrich Von Hilldebrand y su obra.http://www.philosophica.info/voces/hildebrand/Hildebrand.html

*En amazon se puede adquirir el libro “El Caballo de Troya en la Iglesia-ciudad- de Dios (Trojan Horse in the City of God: How Godlessness Crept Into the Sanctuary–And How to Thrust It Out Again) en el siguiente link:

visto en el bloginstrumentos cristianos: http://instrumentoscristianos.blogspot.com/
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2da parte 



El Papa Benedicto XVI restablece las misas en latín

Que Dios bendiga al Papa!!!

La Misa Tridentina es el rito de la Misa fijado por el Papa Pío V a solicitud del Concilio de Trento y promulgado el 5 de diciembre de 1570. Este Misal contiene el antiguo rito Romano, del que fueron eliminados varios agregados y alteraciones. Cuando se la promulgó, se preservaron otros ritos que habían existido por lo menos durante 200 años. Por lo tanto, es más correcto llamar a este Misal la liturgia del Papa San Pío V.






 Momento culmen del Santo sacrificio de la Misa por el rito romano extraordinario.

 SANTA MISA SEGÚN EL USO EXTRAORDINARIO DEL RITO ROMANO DE SAN PIO V (TRADICIONAL - EN LATÍN)

- Conforme Motu Proprio "Summorum Pontificum" del Papa Benedicto XVI


Monseñor Marcel Lefebvre (1905-1991) , fundador de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X
  

Misa tridentina

Fe y Liturgia. El sacrificio de la Misa, centro de la liturgia católica.

Desde el comienzo mismo de la Iglesia, la fe y la liturgia han estado íntimamente conectadas. Una clara prueba de esto puede hallarse en el propio Concilio de Trento. Este Concilio declaró solemnemente que el sacrificio de la Misa es el centro de la liturgia Católica, en oposición a la herejía de Martín Lutero, quien negaba que la Misa fuese un sacrificio.

El mundo debía adaptarse a la Iglesia


No se debe tomar la comunión en la mano. El mismo Papa da la comunión en la boca. No quiere que se de en la mano. Los jóvenes deben ir de nuevo más frecuentemente de peregrinación. Deben volverse hacia la Santísima Virgen, no deben eliminarla. Deben reconocerla, y no vivir según el espíritu de los innovadores. No deben aceptar nada de ellos. Son ellos los lobos, ya los tenemos... Los jóvenes creen hoy que hacen algo extraordinario si hacen obras de caridad y se reúnen entre ellos. Pero eso no es casi nada. Deben volver a hacer sacrificios, deben renunciar, deben rezar. Deben aproximarse a los Sacramentos. También son importantes la oración y el sufrimiento. Es necesario sufrir por los demás. Ha caído en el olvido que formáis todos un cuerpo místico de Cristo y que debéis sufrir los unos por los otros. Cristo no lo ha hecho todo en la Cruz. Desde luego, os ha abierto el Cielo, pero los hombres deben hacer penitencia los unos por los otros. Las sectas dicen que Cristo lo ha hecho todo, pero esto no es verdad. La Pasión de Cristo continúa; en su Nombre continúa hasta el fin del mundo.

Es necesario que sufran los unos por los otros, que estos sufrimientos se ofrezcan en nombre de la Cruz de Cristo y de Sus sufrimientos. Hay que sufrir en unión a la Santísima Virgen, con todas las resignaciones que tuvo que sufrir en su vida.
En la misa tridentina se hacían 33 signos de cruz, ahora se hacen muy pocos. También debería restablecerse el Asperges me. Debería volverse a quemar incienso. Y a decir después de la Santa Misa: la oración de San Miguel, las 3 Aves, y el Salve Regina.
Sería un gran triunfo que los sacerdotes hablen todavía del infierno. Habría que pintarlo sobre las paredes. Y aunque se pintase, no daría jamás una idea de su horror.
¡Dónde se ve un sacerdote que predique sobre el infierno, muerte, purgatorio, etc.! ¡Quedan muy pocos! Y no son suficientes para el ejército de gentes que van por el camino de la perdición. Si volvieran a tener lugar las misiones populares, volvería a ir mucha gente a la confesión.
Es necesario que se presenten sacerdotes valientes. Que los obispos se levanten contra los abusos en la iglesia. La misa y la comunión es lo más grande que hay.

... Defended en todo momento lo tradicional. Muchos niños saben todo sobre el sexo; se pervierte a la juventud. La penúltima y última generación no producirá jamás verdaderos soldados de Cristo. En Sodoma y Gomorra, esto era más visible. No se inoculaba el veneno gota a gota. Era grave, pero por lo menos sabían que pecaban. Los niños de hoy no saben que están pecando. Jamás ha existido un desconcierto como el actual.

La virtud de la humildad tiene que ser predicada de nuevo en los púlpitos. Sólo después de ella vienen las demás. Después viene la pureza, luego la veracidad y todas las demás. Hay que denunciar el vicio del orgullo. Y decir que la virtud de la humildad debería escribirse con letras mayúsculas...Tengo que decir que : "La imitación de Cristo" de Tomas de Kempis, debería difundirse. No debe faltar en ninguna casa católica. Sería mejor leer un capitulo diario y esforzarse en cumplirlo...
Sin una verdadera confesión, la gente pierde toda conciencia moral. Por lo tanto, pecan mucho más. Piensan: "Si no se está obligado a arrodillarse delante de un confesionario; la vida será más fácil". La Virgen Santísima dice que la ceremonia penitencial no reemplaza jamás la confesión. Sería necesario preparar mucho mejor a la gente para la confesión.

Por qué permite el Espíritu Santo esto en la Iglesia 



Para que se cumpla la Escritura: Vendrá un tiempo de gran desasosiego, cada uno dirá: "Cristo está aquí. Esto es mejor." El Espíritu Santo guía a la Iglesia. Las puertas del infierno no prevalecerán.

El diablo odia la misa tradicional


El diablo odia la misa tradicional, y la odia porque es la más perfecta reformulación de todas las enseñanzas de la Iglesia.

Pero desde el principio, el Maligno ha conspirado contra la Iglesia, tratando de destruir la Misa y de socavar la creencia en la Presencia Real de Nuestro Señor en la Eucaristía. Este es un hecho innegable y absolutamente real. Pero por más grave que sea la situación, ningún católico fiel debe olvidar que Nuestro Señor prometió permanecer junto con su Iglesia hasta el fin de los tiempos.



No viene mal una pequeña meditación sobre el relato evangélico, cuando Cristo dormía, mientras la barca de los Apóstoles zozobraba, en medio de una feroz tormenta. Aterrorizados los despertaron y Él les reprochó: ”¿Por qué teméis, hombres de poca fe?” e hizo que la tempestad cesase de inmediato.

¿Porque los Pastores y Fieles se resisten?


Todo el tema de la tradición "escandaliza" a pastores y fieles, ahora ¿porque?, porque están muy lejos de ella y el marco en el que se mueven hace tan traumático su retorno que se ha vuelto imposible. Voy a traducir lo que piensan: "El tradicionalismo es contrario a la pastoral actual de la Iglesia".

Pero no debemos estar tristes porque ellos no quieran saber nada con la tradición de la fe  No son buenas las divisiones pero son inevitables. El tema es ¿que nos debería unir?.

Para algunos fieles se están dando cuenta de lo traumático que se vuelve querer comulgar de rodillas y otras cosas mas que descubren, y al final se muestran interesados en aprender la misa tradicional.

Esto muestra que las misas son diferentes y lo que se puede hacer en una no se puede hacer en la otra. Esta es una división que está en la misma naturaleza de las misas y en las dos épocas de la Iglesia.
Hay sacerdotes que quieren restaurar la misa tradicional pero se van dando cuenta de que se vuelve algo tan traumático que la única forma de lograrlo puede ser perdiendo su cargo o apartándose de la Iglesia.
Otros optan por catalogar a "la tradición" como escandalosa para poder seguir por donde venían.

Lo que todos debemos intentar es tratar de ser santos 

No olvidemos que estamos luchando no sólo contra la sangre y la carne, sino también contra “Potestades y Principados”. Esto debería servir para causarnos temor y hacernos redoblar el esfuerzo para ser santos, y rezar para la exaltación de la Esposa de Cristo .


La respuesta católica es siempre la misma: fidelidad absoluta a las enseñanzas de las Iglesia y a la Santa Sede, recepción frecuente de los Sacramentos, rezo del Rosario, lectura espiritual diaria y agradecer el que hayamos recibido la plenitud de la Revelación. “Gaudete, iterum dico vobis, Gaudete”. En un resumen, vivir en gracia de Dios, evitar pecar, solo tratar de agradar a Dios, y amar al prójimo.

LA SANTA MISA Y LA NUEVA MISA

¿Qué es la Santa Misa?

Según la enseñanza infalible de la Santa Iglesia, la Misa es la renovación del Sacrificio de la Cruz. En el Calvario, Nuestro Señor, al precio de su Sangre (lo que es la prueba de su amor), ha librado al género humano de la esclavitud del pecado y lo ha reconciliado con Dios. Este Sacrificio es de un valor infinito, más agradable a Dios que lo que le pueden agraviar la totalidad de los pecados de todos los hombres.

¿Estas verdades pueden cambiar?

No, porque han sido definidas por la Iglesia de manera irreformable. Serán tan verdaderas siempre, como 2 más 2
hacen 4, por todos los siglos. La certeza de la Fe está basada sobre la autoridad de Dios que revela; es una certeza absoluta, inmutable.

¿Qué es el rito de San Pío V (o Misa Tridentina, Misa Tradicional)?

Es el rito promulgado por ese Papa en 1570. No fue un invento, ni propiamente hablando, una reforma, sino más bien una codificación, restitución, unificación. Se restituyó la Misa Romana de siempre, cuyo rito se desarrolló armónicamente desde los tiempo de los Apóstoles, eliminando lo que, en distintas regiones, se le agregó en tiempo relativamente recientes.
Fue promulgada por la bula "Quo Primum Tempore", con intención de obligar a todos los clérigos a seguirla. "No hay en toda la Cristiandad un rito tan venerable como el del Misal Romano" dice uno de los más sabios liturgistas (Fortescure).

¿Está la doctrina católica del Santo Sacrificio de la Misa correctamente expresada en el rito de San Pío V?

Sí, está allí perfectamente bien expresada. Este rito viene visiblemente del corazón de nuestra Santa Madre Iglesia y es el fruto de una larga tradición. Cuando leemos nuestro misal, todo lleva a la piedad. Ilumina el espíritu e inflama el corazón.

¿Puede ser abolido este rito? 

No, no puede ser abolido. Es tan venerable que sería ir contra la prudencia y la inteligencia abolir ese rito apostólico para reemplazarlo por otro.
Esa Misa está canonizada. San Pío V la ha canonizado definitivamente. Ha establecido ese rito como la manera oficial de decir la Santa Misa, válido para todos los sacerdotes de rito romano, en todo tiempo. Dios ha elegido un Santo (San Pío V) para fijar el rito de la Misa en su perfección para los siglos futuros.

¿ Qué bienes producen los frutos de la Santa Misa Católica? 

La santificación de las almas, la edificación de la Cristiandad, múltiples gracias y bendiciones.

¿Qué es el "Novus Ordo" (misa de Pablo VI)? 
La nueva misa no aboliría el rito de San Pío V, sino que solamente introduciría un nuevo rito (al lado del tradicional) siempre que ese rito fuere lícito.

¿Cómo puede probarlo ? 


Para abolir la ley precedente, la nueva ley debe mencionar la abrogación explícitamente o ser directamente contraria a la ley antigua. Pero la constitución "Missale Romanum" que es el único documento con valor jurídico (la declaración de los obispos, los discursos del Papa, no tienen ningún valor jurídico) no lleva ninguna de las condiciones mencionadas, ella es pluralista en su intención (permitittur).

Pero queda en duda.

En caso de duda, el Derecho Canónico establece que la renovación de la ley antigua no debe ser presumida, sino la nueva ley debe ser comprendida en conformidad con la ley antigua y si es posible, conciliada con ella.

¿Puede usted probar de otra manera que la Santa Misa tradicional no está abolida? 
Sí, el Derecho Canónico dice que una ley no suprime las costumbres que son inmemoriales o de una antigüedad de cien años. La Santa Misa de San Pío V tiene una antigüedad de mas de 400 años, y de hecho se remota al siglo IV en su parte principal.

¿Está la doctrina católica del Sacrificio de la Misa correctamente expresada en la nueva misa? 

Después de un serio estudio, estamos obligados a responder: NO. Esta fue la respuesta de los cardenales Ottaviani y Bacci en su "Breve examen crítico" dirigido al Papa. (Hay que hacer notar que el cardenal Ottaviani era autoridad en el Santo Oficio, encargado de velar por la pureza de la Fe). Cuando el Novus Ordo fue propuesto al sínodo en 1967, fue rechazado por la mayor parte de los obispos.


¿ Qué más hay en la nueva misa? 


Una gran cantidad de cosas. Si allí no hubiera más que una se podría decir que se trata de un error. Pero hay docenas de cambios y todos tienen el mismo espíritu. Ahora un luterano que asiste a una nueva misa puede ver en ella, si lo desea, la última cena de los protestantes, o un ágape memorial... Mirad en la consagración: En la Santa Misa tradicional, las palabras de consagración, son pronunciadas de manera imperativa, con el tono de alguien que cumple una obra personal, como cuando el sacerdote dice "yo te bautizo" o "yo te absuelvo de tus pecados"; de esta manera dice el "hoc est enim corpus meum" (este es mi cuerpo). Los caracteres se escriben con letra de imprenta diferentes para subrayar esta doctrina. En la nueva misa, el sacerdote no interrumpe la narración de la última cena, y pronuncia las palabras de la consagración con el mismo tono narrativo, como si él contara una historia, sin separarlas de las palabras precedentes. (En los nuevos misales, las palabras de la consagración no han sido impresas con caracteres diferentes). (Para Lutero, no son las palabras de la consagración sino la fe de los fieles presentes las que producen una cierta espiritualidad de Cristo). 
¿Porqué, en la nueva misa, el sacerdote se arrodilla solamente después de la elevación de la Hostia?  La interpretación luterana (negación de la presencia real por las palabras de la consagración) a saber que la fe de los fieles produce la presencia de Cristo. 
En la Misa Tradicional el sacerdote se arrodilla después de haber consagrado, para adorar a Nuestro Señor Jesucristo, y no solamente después de haber mostrado la Hostia a los fieles. 

¿La noción de sacrificio es conservada en la nueva misa? 


Debería, porque el ofertorio es ahora reducido a un cambio de presentes entre Dios y el hombre "Tú eres bendito Dios del universo, Tú que nos das este pan, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres". 
El Concilio de Trento definió que la Santa Misa Tradicional es un Sacrificio verdaderamente propiciatorio: "acto que aplaca a Dios ofendido por el pecado" (Dz. 1753). 
En la Misa Católica, en el ofertorio, el Sacrificio es preparado, anunciado, y ofrecido por anticipación. Las antiguas oraciones se refieren a Nuestro Señor Jesucristo, Sumo Sacerdote, ofreciéndose El mismo, único Sacrificio agradable a Dios. 

¿Por qué el altar es transformado en una mesa? 

A fin de dar la idea de una comida, y no aquella de un sacrificio. Un Sacrificio es ofrecido sobre un altar hecho de piedra o Ara conteniendo reliquias de mártires.

¿Piensa, que el papel del sacerdote se desdibuja en la nueva misa? 

Sí: El confiteor en común, la comunión también. La identidad entre la Víctima (Nuestro Señor Jesucristo) y el Sacerdote (Nuestro Señor Jesucristo, personalmente sobre la Cruz, y por intermedio de los sacerdotes en la Santa Misa) es una noción esencial del Sacrificio perfecto de la Nueva Ley.

¿Puede darme una información más amplia? 

Se podría enumerar sin fin todas las nuevas reformas (misa en lengua vernácula, comunión en la mano, dada por laicos, desaparición de los signos de adoración, etc...)  ¿qué hace Lutero cuando cambia la Misa en el siglo XVI? Abandona el latín, agrega "quod pro vobis tradentur" (que será entregado por vosotros) a las palabras de la consagración, y suprime "Mysterium fidei", divide la Misa en "Liturgia de la palabra" y "Liturgia de la Eucaristía"... en suma exactamente lo que hicieron los reformadores en 1969. 

¿Puede agregar otras pruebas de la Misa? 

Sí, el hecho de que muchas autoridades protestantes hayan dicho oficialmente: "Nosotros podemos ahora celebrar la nueva misa".

¿Cuáles son los frutos de la nueva misa? 

Algunos fieles pierden la fe, los seminarios se vacían, no hay mas vocaciones para a vida religiosa en los conventos, etc. ... Toda nueva reforma en la Iglesia ha producido un crecimiento de fe, de devoción y de santidad. Nuestro Señor Jesucristo ha dicho: "Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se sacan uvas de los espinos, o higos de las zarzas? Así es, que todo árbol bueno produce buenos frutos, y todo árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, ni un árbol malo darlos buenos" (S. Mateo, 7,15-19). 


¿Puede la nueva misa ser inválida? 

Sí, por ejemplo, si un sacerdote utiliza galletas, pastel (hay defecto de materia) o si cambia las palabras de la consagración (hay defecto de forma) o aún cuando no hay intención de hacer eso que hace la Iglesia, cuando se quiere hacer explícitamente solamente un memorial.


¿Cuál debe ser la actitud de un católico frente a la nueva misa? 
No tiene el espíritu sobrenatural y disminuirá  poco a poco vuestra fe (la ley de la oración es la ley de la fe: lex orandi, lex credendi).



¿Pero no ha sido, acaso el Papa Pablo VI infalible cuando promulgó la nueva misa? 
No. Un Papa es infalible cuando habla "Ex Cathedra" (Ej. Pío IX definiendo la Inmaculada Concepción). La enseñanza ordinaria del Papa no es infalible en sí misma, sino solamente cuando va en el sentido de la Tradición. San Pablo nos dice que si algún ángel del cielo viniese para enseñaros alguna cosa contraria a la Tradición, debéis rechazarlo (Gal. I, 18). Pablo VI ha manifestado públicamente en su discurso del 19 de noviembre de 1969, refiriéndose al Novus Ordo Missae lo siguiente: "El rito y la respectiva rúbrica por sí NO SON UNA DEFINICIÓN DOGMÁTICA; son susceptibles de una calificación teológica de valor diverso, según el contexto litúrgico a que se refieren."
¡Pero el Papa Juan Pablo II dice la nueva misa!
Sí, pero de igual manera hasta si Santos celebrasen la nueva misa o asistiesen a ella, eso no quiere decir que la nueva misa sea buena. Un Papa puede equivocarse. La nueva misa ecuménica está en completo acuerdo con la enseñanza "Postconciliar", con la mentalidad del "hombre moderno".

Trento y el Latín. El silencio

El latín permaneció durante siglos en la Iglesia Católica Romana como la lengua para el culto. Muy naturalmente, el latín era también el idioma del rito Romano en su acto fundamental del culto: la Misa.

El Canon 9 amenaza con la excomunión a aquellos que afirmen que el lenguaje de la Misa debe ser sólo en la lengua vernácula. Es notable que tanto en el capítulo como en el canon del Concilio de Trento se rechaza sólo la exclusividad del lenguaje “vulgar” en los ritos sagrados.

Por estas razones la Iglesia siempre ha defendido la lengua sagrada e incluso, en época más reciente, Pío XI declaró expresamente que esta lengua debía ser non vulgaris.

Pero para la reforma de Paulo VI la excepción se tornó en la regla exclusiva. Las razones teológicas establecidas en ambos Concilios para mantener el latín en la Misa pueden verse ahora justificadas a la luz del uso exclusivo de la lengua vernácula introducida por la reforma litúrgica. La lengua vernácula a menudo ha vulgarizado la Misa misma, y la traducción del latín original ha resultado en errores y malentendidos doctrinales graves.

El latín es una lengua universal. Al emplearlo, la liturgia nos pone en una comunión universal, es decir, católica.
Es el mejor medio para proteger la expresión de la fe contra las variaciones lingüísticas que naturalmente se dan a través de los siglos.

En lo futuro no deberá haber más que un solo rito, basado enteramente en la tradición del rito antiguo


El 23 de junio de 2003 el Cardenal Ratzinger escribió la siguiente carta a Heinz-Lothar Barth, reputado autor teológico. El Cardenal Ratzinger dice que en el futuro la Iglesia romana deberá tener un solo rito. El rito romano deberá ser un solo y único rito, enteramente en la tradición del rito clásico.

El Cardenal ve los defectos de la Misa nueva, lo que ha dicho muy frecuentemente en sus escritos. Según parece, lo que él procura es una reforma de la reforma litúrgica.

Ruptura en la historia de la liturgia: consecuencias trágicas 


“La promulgación por Pablo VI de la prohibición del Misal de San Pío V que se había desarrollado a lo largo de los siglos desde el tiempo de los sacramentales de la Iglesia antigua, comportó una ruptura en la historia de la liturgia cuyas consecuencias sólo podían ser trágicas”



“… yo estaba perplejo ante la prohibición del Misal antiguo, porque algo semejante no había ocurrido jamás en la historia de la liturgia. Se suscitaba por cierto la impresión de que esto era completamente normal. El misal precedente había sido realizado por Pío V en el año 1570, a la conclusión del Concilio de Trento; era, por tanto, normal que, después de cuatrocientos años y un nuevo Concilio, un nuevo Papa publicase un nuevo misal. Pero la verdad histórica era otra. Pío V se había limitado a hacer reelaborar el misal romano entonces en uso, como en el curso vivo de la historia había siempre ocurrido a lo largo de todos los siglos. Del mismo modo, muchos de sus sucesores reelaboraron de nuevo este misal, sin contraponer jamás un misal al otro. Se ha tratado siempre de un proceso continuado de crecimiento y de purificación en el cual sin embargo, nunca se destruía la continuidad. Un misal de Pío V creado por él, no existe realmente. Existe sólo la reelaboración por él ordenada como fase de un largo proceso de crecimiento histórico. La novedad, tras el Concilio de Trento, fue de otra naturaleza: la irrupción de la reforma protestante había tenido lugar sobre todo en la modalidad de ‘reformas litúrgicas’. No existía simplemente una Iglesia católica junto a otra protestante; la división de la Iglesia tuvo lugar casi imperceptiblemente y encontró su manifestación más visible e históricamente más incisiva en el cambio de la liturgia que, a su vez, sufrió una gran diversificación en el plano local, tanto que los límites entre lo que todavía era católico y lo que ya no era se hacían con frecuencia difíciles de definir. En esta situación de confusión, que había sido posible por la falta de una normativa litúrgica unitaria y del pluralismo litúrgico heredado de la Edad Media, el Papa decidió que el ‘Missale Romanum’, el texto litúrgico de la ciudad de Roma, católico sin ninguna duda, debía ser introducido allí donde no se pudiese recurrir a liturgias que tuviesen por lo menos doscientos años de antigüedad. Donde se podía demostrar esto último, se podía mantener la liturgia precedente, dado que su carácter católico podía ser considerado seguro. No se puede, por tanto, hablar de hecho de una prohibición de los anteriores y hasta entonces legítimamente válidos misales” .


– La crisis eclesial en la que nos encontramos depende en gran parte del hundimiento de la liturgia:

“(con la) reforma litúrgica de Pablo VI acaeció algo más que una simple ‘revisión’ del Misal anterior, pues se destruyó el edificio antiguo y se construyó otro, si bien con el material del cual estaba hecho el edificio antiguo y utilizando también los proyectos precedentes. (...) Para la vida de la Iglesia es dramáticamente urgente una renovación de la conciencia litúrgica, una reconciliación litúrgica. (…). Estoy convencido de que la crisis eclesial en la que nos encontramos depende en gran parte del hundimiento de la liturgia” .  

¿Cuáles son los fines de la Santa Misa? 

Recordando nuestro Catecismo; los propósitos por los que se ofrece la Misa son:
    1) Adorar a Dios como Señor y Creador
    2) Darle gracias a Dios por todos los favores recibidos
    3) Pedir a Dios que derrame sus bendiciones sobre todos los hombres
    4) Satisfacer la Justicia de Dios por los pecados que se cometen.
La Misa es, aún más, la Adoración pública ofrecida por la Iglesia entera a Dios a través de Jesucristo, quién, como el Sumo Sacerdote Eterno se ofrece de nuevo a su Eterno Padre como lo hiciera en la Cruz. Él es el Cordero de Dios, la Víctima sin mancha cuyo sacrificio lava los pecados del mundo. La Misa, es entonces el cumplimiento de la profecía: “De Levante a Poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se sacrifica y se ofrece al Nombre Mío una ofrenda pura” 
( Mal. I,11).
Hace 40 años: Cuando se “renovó” la liturgia según el “espíritu del Concilio”